El 10 de mayo de 1974, sale a la calle el segundo disco oficial de los
New York Dolls. Que la producción del mismo haya caído en manos de quien
en los 60 produjo a las Shangri-Las, Shadow Morton, pudo haber
significado al grupo todo un logro, ya que se trataba una de las grandes
inspiraciones de la música de los 60, sobre todo para el cantante,
David Johansen -chequear sino "Give Him a Great Big Kiss" de las
Shangri-Las y "Looking for a kiss" de los Dolls-. Sin embargo, tal convivencia
significó un camino sin salida. Morton nunca tuvo en cuenta el espíritu
punk del grupo y se focalizó más en sus influencias R&B. La crudeza
no se rescató en el disco y el mismo fue rechazado en general. Todo
ello acrecentó los problemas de adicciones en el grupo. Johnny Thunders
agudizaba su relación con la heroína y el primer en dejar el barco fue
el alcohólico bajista Arthur "Killer" Kane. Un panorama bastante triste
para una banda tan genial -al menos para nosotrxs-. De todas maneras, a
pesar del rechazo contemporáneo, 40 y pico de años después no podemos
decir que este disco es malo. Mucho más con canciones como las
siguientes. Canciones que adelantaban el principio del fin. Luego llegó
Mc Claren, nuevas deserciones y las muñecas se guardaron por varios
años.
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