lunes, 27 de julio de 2015

The Runaways (1976)

La historia de este grupo de chicas es difícil de asociarlo definitivmanete con un estilo de rock. Fueron sin duda un grupo de rock and roll. Coquetearon, según la época, con el heavy, el glam, el hard rock y el punk rock.
Pero este es tan solo un aspecto del camino transitado por The Runaways, la banda en cuestión. El otro está atravesado por aquellas situaciones por el que deben pasar muchas chicas en este sistema: Abusos, avasallamientos y manipulación, aunque haya sido relativizado, incluso por ellas mismas. Más allá de que hoy la cara de artistas que pasaron por su formación como Joan Jett o Lita Ford parezcan que todo ello fue superado, es necesario contar algo de ese otro camino que llevó a The Runaways a ser una de las primeras y mejores bandas de chicas del rock and roll.
La cosa comenzó en Los Ángeles durante 1975, cuando Joan Larkin, una chica de solo 16 años, empieza a frecuentar un boliche local llamado English Disco. Eran años en las que la música excitante parecía estancada, y en este antro solían seguir pasando viejos discos de glam inglés, además de caracterizarse por ser punto de reunión de varias aspirantes a groupies. Aunque se decía no vender alcohol, era sabido que lxs adolescentes solían pasar drogas allí, además de emborracharse a escondidas, entre otras cuestiones. Lo peor de todo, es que a pesar de ser un reducto mayormente juvenil, lo merodeaban algunos adultos de acitud sospechosa. Muchos famosos, pero no por ello menos sospechosos, tal el caso del reconocido productor Kim Fowley, quien en los 60 estuvo vinculado a la música psicoldélica.
Una noche, Joan lo reconoce y lo encara. Le dice que es guitarrista y quiere armar un grupo, de chicas de ser posible. Por su cuenta, ella luego contacta a Sandy West, otra chica de 16 años que era candidata a ser la baterista de la aún inexistente banda. Lo terminaría siendo.
Pronto se le sumarían la bajista Micki Steele, la guitarrista británica Lita Ford, de solo 15 años y la cantante Cherie Currie, habitué de English Disco. Como no sabía que cantar a la par de sus nuevas compañeras, improvisan un tema que terminará siendo “Cherry Bomb”, cuya letra no parecía surgir de la experiencia de chicas de no más de 17 años: “Soy la zorra que estabas esperando”, ahuyaban.
Steele pronto se va al grupo The Bagles y su lugar es tomado por Jackie Fox.
A pesar de su corta edad, (entre 15 y 17) se trataba de excelentes ejecutantes de sus intrumentos no solo en el estudio sino también, y sobre todo, en el escenario. Es con esta formación que surge la posibilidad de grabar el primer disco en 1976.
Pero hablamos de un camino de avasallamientos, del que ese adulto que frecuentaba boliches de menores de edad “para buscar nuevos talentos", Kim Fowley, formó parte. Cherie cuenta que en alguna ocasión Fowley tuvo sexo con otra mujer delante de ellas para mostrarle como se hacía y les tiraba mierda de perro en los ensayos, para darle “ánimo”. A Lita, le parecían graciosos estos gestos de Kim. Pero de todas formas, más allá de cómo lo vivía cada una, refleja que el rock fue un nicho de reproducción de gestos machistas en infinidad de casos. Aunque siempre sobrevoló dicha historia, hace poco tiempo Jackie Fox contó la violación de la que fue víctima por parte de ese adulto que aún muerto se sigue idolotrando como era Fowley.
Aunque una cosa no borra la otra, The Runaways impuso su música su breve existencia, de apenas cuatro años. 
En el 76 su disco debut fue destrozado por la crítica, pero no les importó. Fuera de ese mundo oscuro, sabían que estaban abrieendo para Ramones en el CBGB's. Y algo bueno había en ello.


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