En el sudeste de los Países Bajos se encuentra Eidhoven, otra importante ciudad holandesa. Allí en 1976 inicia su camino un grupo denominado The Flyin’ Spiderz. Su propuesta por entonces no tenía demasiados misterios: Rythm & Blues afentamínico, power pop, rock & roll vieja escuela. Gran parte de los que en Gran Bretaña había ofrecido circuito de pub rock, que languidecía.
Tal vez a partir del indudable nexo que hubo en el Reino Unido entre las bandas de pub y el naciente punk, en Holanda los Flyin’ Spiderz fueron presentados como representantes locales de aquella movida. El vínculo con el representante Pieter Melenbrouek les permite telonear a los Damned en su presentación en el emblemático Studio Paradiso de Ámsterdam. El nexo se extendía a un contrato con el sello Dynamite, pero no se concreta, ya que EMI se adelanta y los ficha. Con ellos sacan su single debut en 1977, City Boy, para poco después lanzar su primer LP homónimo. La banda la integraban Guus Boers en la voz, Koos Cornelissen en guitarra, Aad Van Vugt en bajo y Henri Hoyemans en batería.
Esta primera muestra del sonido de los pioneros Flyin’ Spiderz es punzante pero todavía arraigado en un sonido nostálgico. De todas maneras, al igual que grupos como Count Bishops o Eddie & The Hot Rods en Inglaterra, marcaron el terreno para el arribo definitivo del punk rock
Arnhem, es una ciudad ubicada en el oeste de los Países Bajos. Ahí en 1977 se conforma un grupo efímero, al cual inscribiremos dentro de aquellos días urgentes. Y que a su vez es muestra de la difusa información sobre su historia, ya que podemos encontrar dos versiones sobre su conformación.
Una de estas versiones sitúa la prehistoria de la banda en cuestión en conjuntos tan alejados como los beats The Moans, donde a mediados de los 60 hizo sus primeras experiencias Herman Brood. Luego de The Moans (Ya sin Brood) se transformaron en Long Tall Ernie and the Shakers. A este grupo de características progresivo-psicodélicas se une, hacia 1972-73, el bajista Hank Bruijsten, conocido como Hank the Knife, quien poco a poco irá ganando preeminencia hasta renombrar a la banda Hank The Knife & the Jets. Durante dos años consiguieron un interesante suceso, publicando dos discos en Holanda. Pero en 1977 las inquietudes individuales atentaron con la continuidad del grupo. Hank junto al único sobreviviente, el bajista Pierre Beek, encaran un nuevo proyecto al que llaman Silverstone. Aunque ambos componen las canciones del único single publicado ("So What?" y "OK"), según donde se busque información al respecto, parece que ellos no integraron el grupo. En apariencia, la alineación de los fugaces Silverstone, la integraban el cantante y guitarrista Guus Steenhuis, Paul Keultjes en guitarra líder, Jan Klop en el bajo y Willem van Zetten en la batería.
Parece claro que hay un guiño al avance del punk rock, más allá de presentar una estructura de rock 'n' roll clásico, que lo emparenta con la que dominaba el pub rock británico de esos días. Aunque la recepción no fue buena y llevó a Bruijsten a pensar en nuevos proyectos, quedó como un reflejo de aquellos días.
La realidad es que poco podemos decir sobre De Kuffers, grupo oriundo de Ámsterdam. Sabemos que las primeras noticias sobre ellos aparecen en el crucial 1976 y que su nombre está asociado a las primeras expresiones de punk o algo parecido en los Países Bajos. Ahora bien, en lo concreto, De Kuffers saca a la calle durante ese mismo año con un single titulado Lea, por intermedio del sello independiente Elf Provinciën. En 1977, con cierta línea paródica publican otro single bajo el título de Lonely Carnaval (por el mismo sello) y poco después el que nos interesa a nosotros, llamado Ik will punk! (Algo así como “¡Quiero punk!”. Mitad Elf Provinciën, mitad Safety Pin Records). De sus miembros se puede intuir que entre ellos estaba el productor de Rotterdam, Adrianus Klaris. El resto es nebuloso, tal vez por ser un simple exponente de fake punk.
Den Haag, mejor conocida por nosotros como La Haya, es la tercera ciudad en importancia de los Países Bajos y la sede administrativa del país. No solo están alli las sedes del gobierno, el parlamento y los tribunales nacionales, sino también dependencias internacionales como la famosa corte internacional. Sin embargo no es la capital del Reino de los Países Bajos, lugar que ocupa Ámsterdam.
Allí en 1976, por los mismos días en que asomaba el rumor de una movida irreverente surgiendo en la cercana Inglaterra, se forma Gruppo Sportivo. Una banda que podríamos catalogar en principio como pop, pero que una vez inmersos en el clima renovador de la new wave, incorporaran algunas de sus características para, hacia 1978, volverse mas post punk.
Hans Vandenburg era su guitarrista, cantante y cara visible, acompañado de Eric Wehrmeyer en bajo, Peter Calicher en teclados, Max Mollinger en batería y otras dos vocalistas como Josee Van Iersel y Meike Touw.
Debutan discográficamente el mismo años de su formación con Out There In The Jungle, a través de un sello importante como Polydor. El año 1977 es muy prolífico para el grupo. Publican el single Bee Bop love (Editado por el sello Ariola en Holanda y por Sire Records en los EE.UU., lo que para algunxs podía significar un rápido reconocimiento a la propuesta de la banda ser tenidos en cuenta tan rápido por sellos internacionales) y el LP 10 Mistakes.
Además de cantar en inglés se caracterizaban por la impronta de ironía que tenían las letras de sus temas pop. Aquello parecía haberse absorbido de cierto espíritu sarcástico que llevaba consigo la temprana new wave. Letras con tintes de seriedad sobre cuestiones banales. Hacer de lo residual algo trascendente en una época de incertidumbres. “I shot my manager” es eso. Mezcla de películas de espías y robo a Bob Marley, pero desnudando el rol insostenible de los representantes. Además de engañar con su supuesto basamento sonoro con mirada en el pasado, ya que su propuesta estaba claramente anticipando lo que vendría, en cierta medida, gracias al punk.
Aunque el estrellato y el punk no fueran aparentemente conceptos que se lleven bien, en aquellos días en el que el fenómeno empezó a asomar en diferentes lugares del mundo, despertó la curiosidad de algunxs artistas que vieron ahí una vía potable de expresión, que el escenario estanco de la década del 70 no estaba generando.
Uno de estos ejemplo, se dio en Países Bajos con Herman Brood, considerado muchas veces como la máxima estrella del rock local. Nacido en Zwolle en 1946, su carrera musical fue el mejor ejemplo de los estereotipos del rock star: sexo, drogas y rock and roll.
Por una cuestión generacional, inició su vínculo formal con la música con grupos beat desde mediados de los 60. Pero muy temprano empezó a hacer uso y abuso de sustancias, especialmente con el auge de la psicodelia. A tal punto que llegó a cumplir condenas en Holanda y el exterior por venta de LSD.
El advenimiento del punk despertó nuevas inquietudes, y en noviembre de 1976 formó en Groningen, una banda a la que llamó The Wild Romance, aunque pronto serían conocidos como Herman Brood & His Wild Romance. Herman era el tecladista y vocalista, mientras que Gerrit Veen se encargaba del bajo, Peter Walrecht de la batería y en el puesto de guitarrista se sucederían durante los primeros cuatro meses dos músicos, hasta dar a comienzos del 77 con Ferdi Karmelk. Si bien no sería definitivo, se trató de la alineación que grabaría el álbum debut, a través de Bubble Records, lanzado en mayo de 1977 con el título de Street.
Aunque Herman buscaba englobar su propuesta bajo la etiqueta de new wave, el sello, aún desconfiado de las consecuencias comerciales inmanejables que aún ella (la más afable en comparación con la de “punk”) podría traer. Y lo vendía a EE.UU. simplemente como “un artista holandés”. De cualquiera manera, la banda empezó a girar por el país a medida que se expandía el rumor del punk, y en parte para muchos la actitud autodestructiva de Herman (recordemos, un tecladista), ayudó. Esa actitud fue creciendo a lo largo de 1977, resumida en la ocasión en la que Herman, mientras tocaban en el Christelijk Lyceum, no volvía al escenario tras el parate habitual. Cuando lo fueron a buscar lo encontraron consumiendo heroína o speed en el inodoro del baño del colegio. Tras ello el recital fue suspendido y el lugar no estuvo más disponible para recitales. Aunque siguieron grabando con suceso, su relación con las drogas y luego su vínculo con Nina Hagen los hacía más interesante para los sensacionalistas informes de la prensa. De todos modos, el se prestaba a hablar del tema y era por todos más conocidos por ser un junkie que un rockero, a fines de los 70. Y en cierto punto afectó el andamiaje de la banda, la cual a pesar de todo continuó durante los 80.
En los años 90, mientras luchaba por mantenerse alejado de drogas y alcohol, incursionó con éxito en las artes plásticas, específicamente en la pintura. Esa lucha lo venció en 2001, cuando las recaídas y problemas de salud derivados de su adicción, lo llevaron al suicidio. A partir de entonces su figura creció mucho más.
Paul Hajenius, nacido en Amsterdam, Holanda, en 1951, había iniciado su camino en la música a comienzos de los 70, con el grupo Johnny and the Moondog, mientras estudiaba en la escuela de Arte de Eschende. Pero cuando empezaron a llegar rumores del punk, con sus compañeros de banda (Willem Wisselink y Cees Maas) decidieron fundar un sello con la intención de difundir esa música un tanto extravagante. Llamaron al sello 100 idiots, a partir de la idea de que, al menos cien idiotas comprarían los discos que ellos publicarían. En realidad no fue en plural, sino en singular, ya que el primero fue el único disco editado por el sello independiente. Y correspondió a la encarnación punk de Paul, quien pasó a ser Paul Tornado. El single fue importante, ya que fue el primer tema punk cantado en neerlandés que haya sido grabado: “Van Agt Casanova”, canción que entre crítica e ironía, refería al Ministro de Justicia, que ese mismos años se convertiría en Primer Ministro de los Países Bajos, el conservador Dries van Agt. El punto de la crítica era la decisión de Van Agt de autorizar la proyección de películas porno hardcore en salas que no superen la capacidad de 50 personas.
Al meternos en una escena pequeña y aun en formación, como la de Bélgica, es lógico que algunos nombres e historias se entrecrucen o repitan. Al hablar de Roger Allen François Jouret, lo hacemos en cierto punto también de nombres ya abordados, como Bastard, Elton Motello, y otros mencionados al pasar como Hubble Bubble.
No se trata tanto de un ícono punk, como sí de un personaje necesario para entender esas redes que fueron configurando la temprana new wave belga, alrededor de 1977.
Roger nació en la capital del país en 1954. Desde niño mostró intereses musicales, los cuales a medida que fue creciendo se reflejó en su participación en diversos grupos de música pop, a la par de intensificar su formación académica al respecto. Su primera banda importante, con la que recorrió clubes, teatros y bares de Holanda y Bélgica se llamó Passing the Time, a principio de los años 70. En 1973 ingresó en el Conservatorio de La Haya, donde se especializó en percusión y teoría musical, pero simultáneamente vio sacudidas estas estructuras con la irrupción de algunos sonidos que irían preconfigurando lo que pronto se conocería como punk. Aquello iba a poder desarrollarlo a partir de 1974, como integrante de otro de los grupos pioneros del punk belga, que hoy no suena por la sencilla razón de que su primer LP apareció en el 78, y que se llamó Hubble Bubble. No era un sonido absolutamente punk, pero presentaba claras muestras de saber por dónde iba la mano.
Estaba claro que Hubble Bubble no era un caso aislado, por esos años, ignotos conjuntos como Blast, sacudían las normas del hard rock, haciéndolo más veloz y salvaje, anticipando el hardcore. Así mismo, los Morgan Studio de Londres, se habían instalado en Bruselas y, como se dijo al hablar de Rollerball, con ellos llegaron algunos técnicos/músicos con sus proyectos protopunk. Alan Ward quiso trasplantar su grupo Bastard en Bélgica, con otros miembros. Entre ellos recurrió a Roger para el puesto de baterista. Allí adoptó el pseudónimo de Nobby Goff. Pero la cosa no anduvo, y en 1976 Alan se convirtió en Elton Motello y Roger volvió a Hubble Bubble para grabar el primer LP de la banda. Simultáneamente, uno de los más reconocidos personajes de la música pop belga, Lou Deprijck, había compuesto junto a Yvan Lacomblez, dos temas en francés que eran "Ça plane pour moi" y “Pogo pogo”, el cual saldría por RKM. Entonces, con la colaboración del ingeniero Phil Delire, registraron la canción en los Morgan Studio. Pero los ejecutivos de la compañía discográfica querían a alguien con una impronta escénica que se ajuste a la new wave. Entonces, Lou recordó que Roger, a quien conoció por intermedio del manager de Hubble Bubble, Bernard Schol, andaba con ganas de iniciar su carrera solista y le propuso hacer de la imagen de esas canciones, para poder concretar el acuerdo con RKM. Antes de que Roger acepte, las canciones que, todavía seguían dando vuelta sin un destino asegurado, fueron tomadas por Alan Ward, quien las usó para su debut con su nuevo pseudónimo, Elton Motello. Usando la base musical de Deprijck, renombró la primera pieza como "Jet Boy Jet Girl", mantuvo el nombre de la otra y le puso una nueva letra en inglés, lanzándolo como single en octubre de 1977.
En diciembre, RKM lanza en Bélgica el 7” que creía sería su manera de aportar a la irrupción del punk en Bélgica: Pogo Pogo. En la tapa se ve una imagen de Roger, bajo el nombre de Plastic Bertrand.
Originalmente, el lado B fue "Ça plane pour moi", pero al convertirse en más popular, se reimprimió el disco, invirtiendo el orden. Traducible como “Está todo bien para mí”, es uno de los casos más extremos de fake punk o punkploitation.
Por un lado, debido a su temática, ya que era una suerte de parodia sobre la naciente new wave. La canción fue concebida en función de lo que ya entonces se consideraba la base de una autentica pieza punk: monotonía, sinsentido y tres acordes. Una transcripción sonora del aburrimiento juvenil convertida en tema. La voz, desde entonces adjudicada a Roger Jouret, ahora Plastic Bertrand, redondea ese efecto anodino, distante, desinteresado casi por cantar, mezclando francés con inglés. Hay guitarras al frente pero destaca también un saxo que remite a los primeros discos de Roxy Music. Se trata de una gran puesta en escena caricaturesca.
Pero lejos de quedarse solo en eso, lo más trascendente resulta que a partir del suceso relativo que obtuvo esta canción en joda en gran parte de Europa, Plastic Bertrand edificó una carrera solista a partir de una canción que ni siquiera cantó él. Iba de gira durante los primeros años junto a Deprijck, el verdadero mentor de todo en las sombras, pero cuya imagen no cerraba a las discográficas. Una muestra explícita de las paradojas que el fenómeno punk atravesó en sus primeros días. Plastic Bertrand siguió hasta el 84, y en el medio Roger colaboró con músicos de ABBA y hasta se anticipó a los realitys de hoy, con una serie tipo fotonovela que contaba su día a día.
Imágen de la marcha a favor de la legalización del aborto realizada en Gent, Bélgica, que inspiró al grupo punk Basta!. 4 de marzo 1977
Otro de los grupos que golpeó en Bélgica con un contundente sonido punk, haciéndose cargo de su época fue Basta, banda de Gent cuyos orígenes desconocemos. Pero lo que sí sabemos es que en 1977 sacaron un single cuyo eje es el reclamo por la legalización del aborto en aquel país europeo. Su vocalista Eric Goeman canta en neerlandés "Abortus Vrij De Vrouw Beslist" que básicamente significa “¡Aborto libre, las mujeres deciden!”. La inspiración del tema provino de la marcha nacional contra la prohibición del aborto, realizada el Gent el 4 de marzo de 1977.
En lo musical el tema destaca por su excelente uso del saxo, a cargo de Peter Vermeersch. El lado B del single es un tema en tiempo reggae.
¡Ah! Y el aborto recién fue legal en Bélgica en 1990.
En la línea de los grupos antes mencionados, la particularidad de este radicó en que estableció un himno, el cual reflejaba en gran medida el rol de estas nuevas bandas emergentes. La canción se llamó, en inglés, “Belgium Ain’t Fun No More” (Bélgica ya no es más divertido). Y era un llamado de atención para todo lo que los precedió en una escena musical belga, según ellxs, decrépita y falta por completo de emoción.
Este poderoso single mostraba piezas de efectivo punk rock, pero no por eso menos osadas, al mezclar velocidad, saxos, y guitarras punzantes. Un paseo por las más cercanas influencias del rock punk: del glam al pub. El 7” pulgadas apareció a través de IBC (International Bestseller Company), una raminficación de EMI, que como se sabe andaba a la pesca de nuevas gemas de la new wave.
Esa propuesta, en aquel contexto, reconfiguró la concepción de rock que, aseguraban, se había vuelto aburrido a Bélgica.
Su cantante era Frank Dubbe, Patrick Henno y Willy Willy estaban a cargo de las guitarras, Johnny Markey del bajo y Danny Markey de la batería.
La relación con el sello terminó abruptamente, luego de que, emulando en cierto modo a los Sex Pistols, la bardearan en las oficinas del ejecutivo de EMI en Bruselas. No sabemos si exactamente a partir de esto, pero poco después cambiaron su denominación por la de Revenge 88.
Hasta acá repasamos diversos proyectos que nacieron en un momento transicional, y cuyas propuestas aunque originales, mezclaban lo clásico con lo moderno. En general, sin saberlo, ayudaban a generar las condiciones necesarias para el asentamiento de las múltiples expresiones del temprano punk.
Pero dentro de esa multiplicidad, fue sin duda el punk rock el que condensó toda esa rabia, urgencia, ironía, y demás cualidades de la primera hora. Y entre las primeras que en Bélgica supieron captar esa recuperación de la energía despojada del primer rock and roll, llenándolo de agresividad, están los Chainsaw.
Formados en Bruselas durante el mismísimo 1976, lo integraban Dan Dee (Dan Mc Roll) en la voz, Jerry Wanker (Jean Pierre Poirier) en guitarra, Mickey Mike (Marcel Thiel) en bajo y Bob Seytor en la batería.
En 1977 publican su primer y único EP, a través del sello Romantik: See Saw, una de los primeros discos, con un claro sonido apuntado al punk rock, publicados en Bélgica. Ya en algunos títulos se advierte esa impronta: “Nuclear Apocalypse” y “Kill the blank”.
Sin embargo, al año siguiente se separarían para cada uno continuar en diferentes proyectos relacionados al punk y el post punk: Dan Dee pasaría a Modern World y Luna Park, Mickey integraría Fame y The End y Jerry formaría parte de X-Pulsion, además de escribir para la revista musical En Attendant, en la cual expresaría su gusto por artistas como Kraftwerk, Brian Eno, Bowie, además de pioneros del synth rock como Human League. Esto quedaría más de manifiesto cuando disuelve X Pulsion para armar Digital Dance, grupo enfocado en la electrónica integrado por ex miembros de grupos punk belgas.
Bélgica tuvo desde temprano un estrecho vínculo con las escenas británicas, incluso desde la prehistoria de la explosión punk.
En este caso los nexos son el cantante Alan Ward y el guitarrista Mike Butcher, quienes a comienzos de los años 70 trabajaban en los estudios Morgan de Londres. A la par, Alan era parte de un grupo proto punk llamado Bastard, del cual participaban, entre otros, Twink (Pink Fairies) y un muy joven Brian James (The Damned). Pero al poco tiempo, Ward y Butcher son trasladados a los estudios Morgan en Bruselas, donde intentan continuar con Bastard, pero la idea no prospera. Entonces, junto a otros músicos belgas reclutados para la ocasión, graban otro antecedente proto punk bajo la denominación de Feather, el cual ve la luz en 1975. Eso queda ahí, y a fines del año siguiente, junto a dos hermanos, el bajista Alex Van Het Groenewoud y el baterista Pascal Van Het Groenewoud, arman otro efímero conjunto al que llaman Rollerball, con el cual graban un 7”, titulado Savage Eyes, el cual se editó únicamente en Holanda, por el sello local CNR.
La historia de Rollerball termina, ahí, pero fue la antesala del comienzo de la carrera solista de Ward bajo el nombre de Elton Motello, sobre el cual ya hemos hablado en su momento.
Este grupo, que nos interesa por haber quedado inmerso en plena efervescencia new wave, es una parte de una larga historia relacionado a los más importantes nombres del rock belga. En 1972 Arnold Charles Ernest Hintjens (Más concido como Arno Hintjens) y Paul Decoutere, forman una banda de sonidos bluseros llamada Freckleface, con la cual graban un LP. Pero poco después, deciden dejar el viejo nombre por otro que reúna las últimas sílabas de sus apellidos. Así nace Tjens Couter.
En una primera época tocan en bares y hasta en la calle, hasta que son redescubiertos por el productor Karl Bogars, quien los acerca al sello Dwarf. Con ellos, Arno (voz), Paul (guitarra), y una serie de músicos que van rotando graban sus primeros singles en 1975. En 1977, publican el 7" Gimme what I need, en el que percibimos su nexo con el R&B de los inspiradores punk de la escena pub británica. Para esa época, Ferre Baelen era el bajista y Rudy Cloet el baterista. Volverán a editar al año siguiente, pero a medida que se acerca el final de los 70, la propuesta de Tjens Couter, especialmente la de Arno Hintjens, se vuelca más hacia la new wave, lo que derivará en el nacimiento de T.C. Matic, uno de los grupos pop más exitosos de Bélgica.
Ya hemos dejado en claro que aunque no se ajuste con exactitud a nuestra noción preconcebida de música punk, es necesario incluir en el contexto sonoro de la emergencia punk a una amplia lista de bandas que lejos de continuar el legado de Little Richard, los Rolling Stones o The Stooges, demostraron ser diferentes a cualquier otra cosa que ande dando vueltas en el mapa sonoro de sus regiones. Es lo que genéricamente ponemos bajo el rótulo de experimentales. Bandas que no se ataban a ninguna regla musical y que, en su mayoría, gustaba suplir sus desconocimientos técnicos en la ejecución de instrumentos con el empleo de máquinas. Una señal de los nuevos tiempos y una crítica al purismo exclusivista de cierta música, al mismo tiempo.
Si bien en EE.UU. y el Reino Unido hemos citado ejemplos, en el continente europeo había una larga tradición de vanguardismo sonoro. A veces se hacía presumiendo impericia. Otras, ésta era verdadera. En Bélgica, como muestra de ellos aparece un colectivo formado en 1974 llamado originalmente Les Tueurs de La Lune de Miel, traducido al castellano, “los asesinos de la luna de miel”.
Oriundos de la capital, Bruselas, si bien su alineación fue cambiando con el correr de los años, su núcleo principal lo conformaban Yvon Vromman, JF Jones Jacob y Gérald Fenerberg.
En medio de un periodo de cambios, su acción fue tomar un poco de cada uno de los géneros que andaban dando vuelta y en cierto punto destruirlos. Hacer con ellos todo lo que se decía estaba mal. Desafinar, entrar fuera de tiempo, gritar, etc. En cierto punto, eso tenía bastante de anuncio de cierto espíritu punk. En sus piezas se colaba algo de rock & roll, swing, free jazz, chanson francesa, punk y para romper mas estructuras, en sus presentaciones en vivo solían subir con una casetera con cintas loopeadas sobre las que superponían sus instrumentos desajustados para cualquier oído convencional. Además añadían una importante cuota de ironía y cinismo, herencia de precursores como Zappa.
Vuelve a no parecer casual que en 1977, aparezca su disco debut: Special Manubre!. Belgas cantando en francés, rompiendo moldes. Seguirían activos hasta mediados de los 80, incorporando otros miembros y dando a conocer su propuesta, siempre cambiante, por el resto del continente.
Oriundos de Rijkevorsel, Amberes, al noreste de Bélgica, los Desperated Company reúnen varias cualidades en común con el trayecto hecho por algunos grupos que se vieron atrapados en el cambio de clima de la escenas pop que implicó el arribo del punk, además de ser una de las más experimentadas para ese entonces, 1977.
Desperated Company se había formado en 1967. Como en gran parte de los países europeos, la influencia beat fue inmediata. Los grupos que replicaban el sonido y la estética patentada por los primeros Beatles se multiplicaron en aquella década de norte a sur del continente. Pero hacia fines de los años sesenta, la psicodelia y otras formas de experimentación empezaron a cambiar esos patrones -como los propios Beatles hicieron con su música-. Desperated Company quedaría a mitad de camino, pero gran parte de todo ese embrollo dejaría su marca en las primeras camadas punk europeas, ya que en esos días solían ser ávidos escuchas de radio y consumidores de discos.
Desperated Company se metió en los 70, tocando pero sin grabar. Acomodando su sonido garagero a la nueva década. Y así su posibilidad llegaría en el crucial 1977 con dos 7”: Higher y Someone’s Lovin Me. Para ese entonces, la impronta energética del power pop, que tan bien se ajustaba a la urgencia punk, los hizo ser parte de un momento. Un camino parecido al de los Falmin’ Groovies, por ejemplo.
Con dos de sus miembros originales presentes en la formación, seguían activos hasta comienzos de 2020.
"En la primera mitad de 1976, la entonces nueva revista de música rock More! puso Patti Smith en la portada de su número de marzo y en la edición de junio dedicó página y media a su legendario concierto de mayo en el Paul-Emile Janson Auditorium de la Université Libre de Bruxelles, pero se centraron en músicos como The Stones, Bowie y Génesis, que aparecieron en artículos a página completa. En noviembre, "el dinosaurio del rock", Led Zeppelin, apareció en la tapa, mientras que Bert Bertrand, la personalidad más conocida de la revista, presentó The Punk Page.
Mientras que Londres atravesaba un auge cultural, una nueva generación en Bélgica se había cansado del nerdismo progresivo (Sí, Emerson Lake & Palmer, Génesis) y se había movido hacia los escenarios de los pequeños clubes de todo el país. En Bruselas, mientras todos anticipaban la apertura a principios del 77 del Rockin 'Club, como anunció More!, los primeros punks se reunieron en el Gémeaux, un club del Boulevard du Souverain que, después de convertirse en el Canotier, más tarde recibiría numerosos artistas , como Simple Minds, que según el coorganizador del concierto, Gilles Verlant, ¡jtocó frente a solo doce personas! En ese momento, las canciones de The Ramones -entre otras- fueron lo que hizo bailar a todo el mundo, gracias a DJ Auguste (Gust De Coster, el futuro cofundador de la estación de radio independiente FM Bruxel en 1980).
Je Vous Emmerde fanzine #1. Bruselas, 1977
El Rockin 'Club se inauguró en febrero en el National Forest Arena. El primer grupo punk belga programado fue Hubble Bubble, cuyo baterista, Roger Jouret, sería más conocido como Plastic Bertrand. El segundo acto fue Chainsaw, un grupo efímero de Bruselas, pero cuyos miembros dejaron huella tanto en la en new wave (Jerry Wanker se convirtió en WX con Digital Dance), en el punk políticamente comprometido (Bob Seytor con Streets y Contingent) como en la música electrónica (Micky Mike se hizo conocido como Snowy Red). Finalmente, en abril, fue el turno de The Kids para tocar en Rockin 'Club. Este trío de Amberes fue fundado en 1976 por Ludo Mariman. The Kids y Chainsaw afirmaron ser el primer grupo punk en salir de Bélgica.
Desafortunadamente, los días salvajes del Rockin 'Club ya estaban llegando a su fin: los escalones que llevan a la pista de patinaje sobre hielo y al club estaban rotos. Claramente, la gerencia en el National Forest Arena culpó a los punks y no a los patinadores sobre hielo.
En mayo de 1977, The Damned y The Ramones tocaron en el Auditorio Janson. Los Sex Pistols estaban programados para el 26 de junio, pero nunca se presentaron. The Clash, que había sido fichado para tocar en el Rockin 'Club, no vino, pero en cambio ofreció una estruendosa actuación en el Festival Bilzen en agosto. Una gran parte del público y los guardias de seguridad no entendieron por qué los punks, apoyados por Joe Strummer, querían derribar las puertas metálicas que formaban el área de prensa al pie del escenario, reservadas para fotógrafos y periodistas. El 16 de septiembre, Iggy Pop tocó en un concierto inolvidable en Roma d'Anvers, donde The Kids fue la banda de apertura.
Sin embargo, en el otoño del 77 llegó una protesta del establecimiento, que comenzó con el conocido decreto de 90db. La ley fue seguida por varios artículos en la prensa general que tenían como objetivo demonizar a los músicos de punk -o a los que pensaban que eran así- del mismo modo que a sus admiradores, mientras los profesores de la Université Libre de Bruxelles se quejaban del estado del Auditorio Janson las mañanas después de conciertos.
El 17 de enero de 1978, los Talking Heads dieron un concierto memorable en un nuevo lugar que se convertiría en legendario: el Vieux Saint Job en Uccle. Los shows fueron organizados por Clean-X. Gilles Verlant, una personalidad tan influyente como Bert Bertrand en el plantel de la revista More! / En Attendant, se asoció con Phillippe Kopp y Christian Fletcher para organizar los espectáculos.
El Primer Concurso de Punk Belga en el Vieux Saint Job en marzo proporcionó las condiciones para que los diferentes grupos aparezcan en un álbum en vivo editado por el sello discográfico JW, que organizó el evento. The Mad Virgins tocaron ahí antes de participar en una serie de debates sobre música rock con Verlant, organizada por Diffusion Alternative. El objetivo era 'crear conciencia sobre una forma de música que causa miedo'.
Punks belgas, en el Festival Bilzen. 1977
En mayo, 35 grupos punk y new wave belgas tocaron en la sala de conciertos Super Nouba en la estación de metro Bourse. Una banda particularmente notable fue Thrills. Fue uno de sus últimos conciertos antes de su separación, a pesar de que el cantante Xavier Ess, el guitarrista Stephan Maes / Barbery, y el baterista Alain Lefebvre (que actualmente trabaja como productor) se dedicaron a otras actividades artísticas.
Patti Smith continuó convenciendo a los oyentes belgas. Ella tocó en el Cirque Royal con The Kids en marzo y en Forest National con Magazine en septiembre. Entre los grupos belgas, X-Pulsion (con el notable intérprete Peter Schläger, el guitarrista Jerry Wanker / WX, el bajista Kurt Klang y Klaus Klang en la batería) pronto daría a luz a la Danza Digital (Jerry y Stéphane Maes / Barbery) y Klang ( los famosos hermanos Klang). Sin embargo, esos grupos ya se apartan del sonido punk en tres acordes."
Nadine Milo – Miembro de la revista More! Y En Attendant, en la página belgium-underground.be
Que la ciudad de Bologna haya sido epicentro de la aparición de algunos de los grupos pioneros del punk en Italia no era una causalidad. Esa ciudad de antigua tradición universitaria, atravesaba en pleno 1977 lo que se denominó el Movimento del 77. Un proceso complejo de reformulación de los espacios de participación extraparlamentarios y que pusieron en cuestión especialmente el rol de la izquierda institucional. Aquello generó un clima de movilización social en el marco de las universidades, que empezaban a dejar de ser ámbitos exclusivos para determinadas clases sociales.
Skiantos, 1977
Esta efervescencia libertaria tuvo su correlato en el aspecto cultural. Allí nació lo que Roberto Antoni, luego conocido como el freak, denominaría como rock demenziale. Un rock satírico y humorístico, pero a la vez crítico de la realidad social.
Skiantos fue una banda nacida del movimiento del 77, aunque su prehistoria puede rastrearse desde 1975. En 1977 aparece Inascoltable, el cual fue caracterizado por ellos como “una noche de improvisaciones por una decena de personas por amor a la música”.
Su presentaciones de aquellos primeros días tenían mucho de absurdo, de sorpresa y de dadaísmo. A veces terminaban arrojando verduras a la gente.
A medida que la palabra punk perdía la vergüenza en Italia, empezaba a surgir un interés por algunos sellos independientes (como el ya mencionado Spaghetti) por imponer nuevos grupos bajo esa etiqueta. Aunque lo de "nuevos" resulta muy relativo en relación a Judas.
Oriundos de la candente Bologna, se trataba de un grupo beat de mediados de los sesenta que intentaba imprimir a sus composiciones la energía de bandas británicas como Rolling Stones, Yardbirds, Kinks, etc.
Judas en los años sesenta.
Casi una década después, Spaghetti Records intentó relanzarlos como una banda punk, cosa que no eran, aunque su energía retro encajó perfectamente en cierto espíritu power pop. En algún punto se trataba de un grupo de fake punk. Y la avidez del sello por incorporar la palabra se advierte en que sacó casi a la par dos discos de dos bandas distintas (Decibel y Judas), con la palabra punk bien grande en la portada. El famoso golpe marketinero.
Con la producción y el aporte en las composiciones de Jimmi Villotti, buscaron darle a este nuevo disco, tras varios años de silencio, todos los guiños recurrentes de los creían era el punk: riffs básicos y alguna que otra puteada.
La cosa no llegó muy lejos tras la muerte de su carismático frontman Marto, en un accidente automovilístico en 1978.
En Milán también, durante 1977, aparece un grupo en clave punk producto de la fusión de otros dos conjuntos: Trifoglio y Champagne Molotov. Ellos eran Enrico Ruggeri (voz), Pino Mancini (guitarra), Roberto Turatti (bajo), Erri Longhin (batería) y Silvio Capeccia (teclados). Apenas se juntan a tocar en algunas cantinas de Milán, Capeccia se va, y el resto decide darle un giro a la música que venían haciendo, probando indagar en el punk rock, bajo el nombre de Decibel.
Decibel, 1978
Con esa nueva denominación, graban a fines de 1977 el disco debut con el significativo título de Punk LP, el cual vería la luz los primeros días de 1978 a través del sello independiente Spaghetti.
El disco fue un fracaso en ventas, y quedaría claro en los meses siguientes que aquello de coquetear con la etiqueta punk fue una aventura. Osadía que de todos modos les permitió tocar con XTC, The Heartbreakers y Adman & The Ants.
Años después estarían probando suerte en festivales del mainstream local como el famoso San Remo. Eso no le quita su lugar entre los primeros en imponer la palabra punk en el medio musical ialiano.
Evidentemente por diversos motivos, fue el norte de Italia el lugar prolífico en cuanto a la aparición de conjuntos inspirados en la new wave que afloraba en lugares como Londres o New York. Mezclando elementos de ambas fuentes, surge en Milan otro dúo irreverente llamado Gli Incesti (El Incesto). Este no sería más que un modo más de provocar, solo que sus integrantes eran los hermanos Leonardo y Antonella Stoico.
El contexto de efervescencia político de la Italia de fines de los 70 tuvo cierto correlato en expresiones artísticas que vieron en el emergente punk un modo de llevar adelante su propuesta sobre cierto clima represivo. Tomando cosas del proto punk y el glam de Iggy Pop y David Bowie, salían a escena con su propia y primitiva lectura del punk, que tenía mucho de vodevil. De hecho su single debut se llamo lisa y llanamente Punk Rock.
Chrisma, banda italiana pionera del electro punk. 1977.
Aunque se suele situar a la experimentación con la electrónica como un estadio posterior a la explosión punk de 1977, generalmente bajo los títulos de post punk o new wave, la realidad es que estas manifestaciones convivían en el mismo tiempo y espacio con aquellos grupos mas volcados a la nostalgia del rock de guitarras de las décadas previas. Un ejemplo de ello se dio en Milan, Italia, con un dúo denominado Chrisma.
El nombre derivaba de las primeras letras del nombre de sus integrantes, la pareja integrada por Christina Mozer y Maurizio Arcieri. Entre mediados de 1976 y principios de 1977 publican cinco singles, que anticipaban el que iba a ser, a través de Polydor, su álbum debut: Chinese Restaurant. Los temas son grabados en los estudios de Vangelis (famoso precursor de la música electrónica y experimental), producido por el hermano de éste Niko Papathanassiou.
El disco contiene un sonido futurista y único para la época si pensamos que se trata de un proyecto italiano: Sintetizadores, efectos de sonidos, experimentación, y energía punk. Efectivamente el hecho de que esté grabado en Londres en 1977, incidió en convertir el disco debut de Chrisma en una obra maestra del la new wave y el electro punk. Algo que ni siquiera en Inglaterra estaba del todo desarrollado.
Si bien hubo factores comunes que posibilitaron que una expresión tan variada como el punk se expanda casi en simultaneo por países diferentes, aspectos de la idiosincrasia y la cultura de estos le añadieron particularidades a la interpretación punk de cada país.
Uno de estos elementos son las escenas de musica pop (dentro de lo que incluimos el rock) sobre las que el punk hizo base. En la primera mitad de los 70, España había empezado a desarrollar distintas movidas alrededor del folk, el pop y el rock con impronta propia. El rock sinfónico español o el rock urbano eran ejemplo de ello. Alrededor de esta ultima pero con rasgos propios, surge una camada donde aparecen los antes citados Brakaman, Burning, e incluso un viejo conocido nuestro como Moris, quien en muchos aspectos ya preanunciaba cierta actitud lirica punk. Estas bandas raras y difíciles de clasificar, apuntalarían la versión local del punk, la nueva ola y la movida madrileña de los 80. Y por entonces, ante tal dificultad a la hora de rotular, se los metía en el generico ámbito de "El Rollo".
Indiana hacia 1976
Otro grupo que surgió cerca de 1974 fue Indiana. Y en muchos sentidos su música anticipaba el punk rock, por lo que parecían un paso mas allá en ese marco de búsqueda de etiquetas forzadas. Ellos eran José Ramón Trespalacios (batería), Juan Carlos Palacios (guitarra) y los hermanos Mario y Alejandro López (guitarra y bajo, respectivamente), quienes habían llegado con su familia a principios de los 60, exiliados de Cuba -un grupo rock con raíces antirrevolucionarias, se ve-.
El hecho de que solo hayan grabado cinco canciones en sus cuatro años de existencia, explica una parte del por qué se trata de una banda considerada parte del advenimiento del punk en el Estado español. Las dos primeras ("An Old Fashioned Way" y "All I Need Is Your Rock") estaban cantadas en inglés e incluidas en el recopilatorio Viva el Rollo vol. 1, y tenían una impronta mas sesentera. Las otras tres canciones ya estaban cantadas en castellano ("Centuria", "Obsesión" y "Beibe") y fueron incluidas en Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario (donde aparecía también el grupo hippie argentino Aquelarre). Acá la energía power pop ya anticipa el arribo de nuevos sonidos, pronto englobados en la música punk.
Por la misma época que Brakaman, y con una propuesta similar, surge en Madrid una banda llamada Burning. Específicamente en el barrio de La Elipa.
Burning en sus inicios claramente influenciados por el glam.
Expresión de una búsqueda mucho más atrevida que la que el rock hispano presentaba en esa primera parte de los 70, su look glam y sus temas cantados en inglés no encuentran rápido lugar en una escena aun inexistente. Ellos eran Toño Martin (Juan Antonio Martín Díaz) en voz, Pepe Risi (José Casas Toledo) en guitarra, Enrique Perez en bajo, Johnny Cifuentes (Juan Antonio Cifunetes Laso) en teclado y Tito (Ernesto Estepa en batería), quien en 1976 sería reemplazado por Idelfonso Álvarez.
Debutan en 1974 con el single Estoy Ardiendo y un año después aparece Like a Shot, por Movieplay, mismo sello que los incluye en la compilación ¡Viva el Rollo! de 1975.
Por entonces empiezan a adoptar el castellano y eso los convierte, junto a otros conjuntos, en iniciadores de estas tendencias. Aunque nunca formaron parte de algún tipo de circuito primigenio de punk rock en la capital y su fuente principal de inspiración eran los Rolling Stones, sus infleuncias estaban en estrecha sintonía con la de los grupos punk de la época: Lou Reed, New York Dolls, Johnny Thunders & The Heartbreakers y la energía de los conjuntos pub rock británicos como Dr. Feelgood -cuyo guitarrista Wilko Johnson parece haber impactado de algún modo en Pepe Risi-.
La primera parada de el recorrido por aquellos sonidos que fueron abriendo un panorama propicio para el desembarco del punk en España, y que hizo que se considere a estos grupos como los primeros punks de la península (aunque a decir verdad, no lo fueran), es en Donostia, también conocida como San Sebastián, en Euskadi o el País Vasco.
Brakaman
Allí, hasta 1973, como en la mayoría del Estado Español y el resto de Europa, prevalecían los grupos de rock progresivo. Pero ese año surgió Brakaman, una banda que declamaba traer una propuesta que podía ser considerada transgresora desde varios puntos de vista: Uno de ellos el de introducir la etiqueta de glam rock en el espacio musical español, casi al mismo tiempo que estallaba en otros lados con artistas cono New York Dolls, Lou Reed, David Bowie o Iggy Pop. Su sonido inicial mostraba que no les era fácil despegarse de cierta búsqueda virtuosa que el progresivo había impuesto, pero de a poco fueron agregando la energía de sus nuevas influencias. Otro tenía que ver con el momento de su irrupción llena de carisma y presencia escénica, en los últimos años del franquismo.
Afiche promocional del primer festival punk europeo de Mont de Marsan, Francia, de 1976 donde figura Brakaman junto a otros números que no fueron de la partida
Brakaman eran, en sus primeros años, Borja Zulueta en voz, Jaime Martínez Stinus en guitarra, Jorge Anza en teclados, Carlos Subijana en bajo y Jesús María Inurrieta batería. Con esta alineación publicaron en 1974 dos singles a ravés de Columbia: Sad Witch y Solitude. A partir de 1975, Juan María Estala se hace cargo del bajo y Fernando Echeverría de la batería y un año después se alejaría el tecladista Jorge Anza, volviendo su sonido un poco más duro. En sus shows en vivo (llenos de parafernalia mezcla de glam y space rock), tocan a veces covers de Bowie y Velvet Underground. En 1976 se pasan al sello RCA, mismo año en que graban el que será su primer LP, publicado en el clave 1977. La recepción es fría, pero ese año incluirá otro acontecimiento importante, que en gran parte justifica la mención de Brakaman acá. Son el único conjunto español que participa del Segundo Festival Punk Europeo de Mont de Marsan en Francia, el 5 y 6 de agosto, con grupos como The Clash, Damned, The Boys, Dr. Feelgood, The Police, Eddie & The Hot Rods, etc., etc.
Sorpresivamente ese mismo año Brakaman se separa. Pero sus miembros seguirán caminos interesantes: el guitarrista Jaime Martínez Stinus continuará en los comediantes-punk de la Orquesta Mondragón, el bajista Juan María Estala participaría de Asco, pionera banda punk que compartiría cartel con los Ramones en su segunda visita a la región, mientras que el carismático líder Borja Zulueta armaría otra temprana referencia punk vasca llamada Negativo.
No siempre hay grandes historias detrás de los grupos que dejan una huella en la conformación de determinadas corrientes musicales, tal como ocurre con Aedi. Una fugaz banda de Milán cuyo único y potente legado fue un 7" que tenía en el lado A "Fratelli D'Italia", una versión killer del himno italiano, con algunos cambios de letra que nos permiten aseverar que no se trató de una reivindicación nacionalista (mas allá de que era una canción que los republicanos y liberales cantaban en oposición a los himnos fascistas, pero que de todos modos tiene una fuerte carga patriotera), y en el lado B, el tema con el que abrimos, "La bomba atómica", mas rápido y con ese tono que mezclaba desprecio y enojo en la voz del cantante Renato. Claro que tuvieron que soportar varios años siendo ignorados, hasta que los coleccionistas lo rescataron para los múltiples recopilatorios aparecidos en los últimos 20 años. Este efímero pero contundente aporte, aparecido por Polydor en el seminal 1977, es considerado uno de los primero ejemplos explicitos de punk rock en Italia.
Aedi (Milan, Italia) - La bomba atomica (1977) Brakaman (San Sebastián, Euskadi, España) - Sad Witch (1974) Burning (Madrid, España) Rock & Roll Maman (1977) Indiana (Madrid, España) - Beibi / Obsesión (1977) Chrisma (Milan, Italia) - C.Rock / Wanderlust (1977) Gli Incesti (Milan, Italia) - Punk Rock (1977) Decibel (Milan, Italia) - Col Dito…Col Dito / Figli di... (1977-78) Judas (Bologna, Italia) - Anastasia (1977-78) Skiantos (Bologna, Italia)
- Permanent Flebo (1977)
- Io ti spacco la faccia (Dal vivo) (1977)
- Spacco tutto - Inascoltable
También se escuchó: It (Barcelona, Catalunya, España) - 1° - Viaje Musica Electronica Libre (grabado en el 72, publicado en 1976) Indiana (Madrid, España) - All I need is your rock (1975)
Centro dUrlo Metropolitano C.U.M. (Bologna, Italia) - Mamma dammi la benza (1977)
Crazy Band (Torino, Italia) - I Giovani Della Notte (1977)
Judas (Bologna, Italia) - Metallo Sconosciuto (1977-78) Skiantos (Bologna, Italia) - Io sono un pestone - Inascoltable
La última banda nos va a permitir advertir un interesante nexo entre las escenas alternativas de EE.UU. y Japón. Para ello primero hay que remontarse al año 1971, cuando en Tokyo se forma un grupo de aspiraciones vanguardistas llamado Circle Triangle Square, conformado por Kawashima Akiyoshi –Reck-en bajo, Chico Hige en saxo y Sakuro Watanabe en batería. En 1974 cambiaron el nombre de la banda por 3/3, época en la que graban y publican su único LP homónimo. En 1976, Reck y Chico se mudan a New York, donde entran en contacto con algunos personajes que merodeaban la escena naciente del punk neoyorquino, entre los que estaba Alan Vega, Martin Rev, Lydia Lunch y James Chance. Con estos últimos dos, Reck formará parte de la primera alineación de Teenage Jesus & The Jerks en 1976 y luego de James Chance & The Contortion en 1977, dos grupos centrales de la urgente escena No Wave de la Gran Manzana.
3/3 continuó pocos meses más, hasta comienzos de 1977. Tocaron Sakuro Watanabe en batería Higo Hiroshi en bajo y voces, y Atsuhiko Ando en guitarra. En 1978, 3/3 se reformula y pasa a llamarse Friction con el regreso de Reck y Chico Hige.
De la propuesta musical se puede decir que entra dentro de esa pseudocategoría que dimos en llamar proto-punk, pero que a la vez nos permite abrir los ojos que en lugares como Japón, tres años antes del estallido punk, ya se cocinaban sonidos densos, cambiantes y desquiciados como para espantar cualquier contrato discográfico. Para ello llegó la formalidad del punk rock, que hizo que los sellos no se tapen la nariz para llevar a firmar un arreglo a cuanto inadaptado con un guitarra colgando se cruce en su camino. Japón era otra cosa. Y lo siguió siendo en gran medida.
El siguiente es una de las últimas grabaciones bajo el nombre 3/3, realizada en Ninjin el 25 de febrero de 1977.
Se trata de una banda formada en Nagoya, en abril de 1977. Su primera alineación la conformaban Hikage en voz, Kaoru en guitarra, Eddie en el bajo y Kouji en batería.
Su principal inspiración provenía del rock ‘n’ roll estadounidense de fines de los 50, del rockabilly y del garage. Admiraban estéticamente la cultura greaser yankee, tanto como la de los Teddy Boys y Rockers birtánicos. Acá, claramente, no había una postura anti-imperialista. Más bien se advertían explícitamente los ecos de la ocupación estadounidense por un lado y la penetración de su cultura, entre cuyos exponentes de la época estaba la música rock ‘n’ roll, y por el otro la expansión de la industria automotriz japonesa en los 60 que incluía las motocicletas. Un ejemplo local de pandillas de motoqueros amantes de la velocidad y el rock, fueron los Bōsōzoku, que lucían camperas de cuero o militares, jopos engominados y gustaban de generar algunos disturbios callejeros con otras tribus urbanas, en expansión por la época.
Este perfil pendenciero perduró en la identidad punk de fines de los 70 de muchos países. Y en Japón, los Star Club rescataban la moda y el sonido agresivo de estos nostálgicos rockeros. Esa manera confrontativa y primitiva les valió ser vistos como los primeros punks de Nagoya, reforzando esa idea del punk como expresión muchas veces más conservadora que revolucionaria en materia musical, y necesariamente relacionada a una liberación violenta.
Go to Hell, era el título de ese EP 7” pulgadas debut que arrancaba con un tema llamado “Punk & roll”.
A medida que continuaron desplegando su camino, el vínculo con el punk clásico será más explícito, dejando en parte atrás la veta nostálgica del rock & roll clásico.
