miércoles, 12 de agosto de 2015

Richard Hell & The Voidoids (1977)

En Septiembre de 1977 ve la luz el primer LP de The Voidoids, la banda de Richard Hell. Tras la buena recepción underground del EP de 1976 "Another World"/"Blank Generation"/"You Gotta Lose, Sire Records (Que ya había reclutado a Ramones y Blonide) los contrata y le permite publicar el disco debut, cuyo arte de tapa quedó a cargo de la misa fotografa del primer trabajo discográfico de Ramones, Roberta Bayley.

En el libro Punk, la muerte jóven, Juan Carlos Kreimer escribe:

"Richard Hell más interesado en la poesía profunda (Es fanático lector de Lautremont, Borges, Godard, Susan Sontag) que en el movimiento instrumental bailable, forma de Voidoids. Gracias a su fuerte personalidad y sus antecedentes en ambos grupos, tampoco a él le cuesta despegar, Ni en New York ni en Londres. En ésta al término de su apoteósico concierto en el Music Machine el 23 de noviembre del 77, le pregunto si está contento de haber nacido y estar en su piel. 'Tengo mis serias dudas' asegura. Imposible disociarlo de su personaje. Personalmente es aburrido y en el escenario parece que cantara para sí mismo mas que para el público. No necesita cortarse la piel como Iggy Pop o colgarse cosas como Johnny Rotten. Su cuerpo irradia un aura de dolor y simple desagrado. Como en la tapa del album 'The Blank Generation', el reduce intencionadamente la fantástica penetración visual a un nivel de sapo drogado. Su cara demuestra haber pasado toda sensación sintética-anfetamínica que pudiera hallar. Busca una debilitación que le acerque a los bordes de la muerte.

No quiere ver a nadie. (...) 'Parte fundamental del punk es tener el coraje de mantener sus convicciones de adolescente y no importarle lo que la gente pueda pensar; eso es lo que los chicos quieren escuchar. Ellos quieren ver a los que tienen el coraje de mostrarse como son. La ropa son los colores del cuadro.' (...) 'Para trascender algo tienes primero que partir de que eso existe. Si alguien no se odia a sí mismo, significa que ese alguien no está en condiciones de ser punk. Prefiero escuchar la cantinela de los que se odian y lo dicen que escuchar la Marsellesa de los otros.' (...) 'Para mi la actitud punk es una frontera del conocimiento, el lugar donde uno pone frente a sí todo lo que haya de insentimental y se pregunta si la lucha para permanecer vivo no es más grande que lo que uno obtiene estando vivo.' (...) 'No sé si el punk es una variante del narcisismo. No tengo modo de compararme con nadie. Sí, el trabajo del artista es ser narcisista. lizarse constantemente y prestarse atención a sí mismo hasta ver como lo afecta cada cosa. Yo quiero llevar al rock la idea de cada uno se inventa a sí mismo. Por eso me cambié el nombre, elegí mi ropa, me corté el pelo así y hago todo esto. Tan naturalmente como uno se inveta a sí mismo, uno se ama a sí mismo. La idea de inventarse es acercarse a la imagen ideal que uno se imagina. Esa actitud punk es, en cierto modo, positiva.'"





"(Lester Bang) Era todo a lo que puede aspirar un crítico, y hablo de cualquier tipo de críticos. Toda su vida giró en torno a la música, y sus críticas eran ejemplos de sagacidad, de creatividad, de imaginación... hacía lo que hacía porque le gustaba de veras la música, no porque ser crítico le hiciera parecer más listo ante los demás; estaba en esto por él mismo, porque disfrutaba. Y eso le hacía a veces parecer un poco imbécil; incluso yo pensé más de una vez que era un imbécil, pero era porque se trataba de alguien muy honrado que sentía un respeto total por la música. Así que podía llegar a dar la sensación de estar un poco ido, pero fue tremendamente valioso para el mundillo. Él era todo lo que puedes desear de un crítico; le importaba más el tema sobre el que escribía que su propia persona. No buscaba aparentar, ni impresionar a la gente con su buen gusto, y eso es algo bastante poco habitual."






"En los últimos años se ha expandido una idea que rechazo totalmente, y es la de un cierto tipo de comportamiento generalmente atribuido a los punks. Creo en el respeto entre las personas. No quiero que nadie me pisotee. Recuerdo que cuando yo era un niño, iba al cine y siempre había uno o dos personajes - el teatro se llenaba de gente de mi edad, tal vez 12, 14 - que eran los mismo boludos de siempre, gritando durante toda la película y tirando bolsas de pochoclo a todos los demás. Ese fue el estereotipo del comportamiento punk. Eso realmente me repele. No creo que ciertas personas tengan el derecho a imponerse sobre otras sin tener en cuenta su privacidad y comodidad. Yo creo en los buenos modales. Ese no es ser punk, en la forma en que la gente suele pensar que es ser punk. Y siempre me he sentido de esa manera."




Fuentes:
Punk, la muerte joven. Juan Carlos Kreimer
Revista Rolling Stone

www.zicoydelia.wordpress.com

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