sábado, 10 de septiembre de 2016

The Screamin Mee Mees

Siguiendo por la recorrida por otros Estados del Medio Oeste estadounidense, recaemos en St. Louis, Missouri.
Como en los casos anteriores, advertimos que varixs de los que encontraron algún espacio a partir de la proliferación punk, no nacieron de la nada. Aunque no necesariamente hablamos de músicxs consagrados, si lo hacemos acerca de un puñado de aventurerxs que hacían su propio camino en clubes nocturnos, bares, colegios, garages, sótanos o áticos.
En pequeños espacios caseros como estos últimos fue que despuntaron el vicio durante gran parte de los primeros años 70 un grupo de chicos que se dedicaron a experimentar con sonidos raros, para el panorama musical de entonces. Aunque claro, originalidad no siempre es igual a aceptación.
Se formaron en 1969,  y se llamaron Screamin’ Mee-Mees. El nombre no era antojadizo. En este trío fundando por Bruce Cole (guitarra y voz), Jon Ashline (batería y voz) y Scott Fisher (bajo, reemplazado en el 76 por Peter Wheeler), todos cantaban. O por así decirlo, jugaban con el micrófono. En ellos se mezclaba ese espíritu amateur del garage y cierta vanguardia de bandas como Velvet Underground o Modern Lovers. Siempre grababan sus ensayos, publicados años después, y en donde se aprecian voces saturadas, gritos e instrumentos poco alineados. En cierta manera, echaban mano al espíritu de aquello que ya empezaba a ser catalogado como música punk en EE.UU., pero prestando atención a los más heterodoxos como Frank Zappa, Captain Beefheart o hasta algunos grupos alemanes de krautrock.
Cuando este rótulo, “punk”,  dejó de ser un susurro, crearon su propio sello (Dog Face) y decidieron sacar a la luz sus registros de sótano. Así, publica el 7” “Live from the basement”, incluyendo cuatro grabaciones de los dos años previos. Salir del sótano nunca los llevó a cambiar su humor absurdo o hasta a veces interno, reglas que el hecho de tocar solo para ellos o amigxs, no les implicaba un obstáculo para un público más amplio. Y no lo fue después tampoco.
El crítico de rock del Los Angeles Times, Randall Roberts, describía así la forma de composición de los Screamin’ Mee-Mees:
"El dúo grababa habitualmente sin practicar demasiado los acordes: 'Las sesiones de grabación fueron espontáneas', dice Ashline. 'Me sentaba ahí, hojeaba una revista y si encontraba algo que me gustaba, decía: «hagamos una canción sobre esto»,  Algunas publicidades de productos contra la artritis se convirtieron en una canción. Encontré una vieja carta que [Cole] había escrito en la que decía,  «Tu cara se parece a la superficie de la luna». Escribí una canción en el acto. Me sentaba y escribía las canciones sobre la marcha. Él me decía «Vamos a grabarlo», apretaba el botón de la casetera y lo registrábamos en vivo. Nunca ensayábamos nada y no volvíamos a tocar ninguna de las canciones”.
Efectivamente es esa improvisación, cargada de sentido del humor y despreocupaciones en torno a la ductilidad para ser músicxs, convierte a Col y Ashline (fallecido en 2012) en una dupla creativa singular, referencia del punk en Missouri.



Fuente: www.clearspot.nl/item/33989/screamin_mee_mees_live_from_the_basement_1975_1997.html

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