sábado, 6 de junio de 2015

The Shaggs

En más de una ocasión se presenta a la punk rock como música hecha por gente que no sabe tocar. Probablemten sea así y no hay nada malo en ello. El error sería pensar que ello se dió solamente a fines de los años 70.
Existió desde varios años antes que toda esa camada de pibxs que se calzaron un instrumento muchas veces sin saber como tocarlo, una misteriosa banda que dejó siempre latente la duda (en especial para lxs críticxs y lxs eruditxs, que tienen que explicarlo todo) si lo que hacían era involuntario o absolutamente premeditado. Si a su sonido le agregamos la historia detrás de su conformación, no dudaríamos en pensar que se trata de un grupo punk. Pero formado en 1968, en Fremont, New Hampshire, EE.UU.
La cosa comienza varios años antes, cuando la madre de un muchacho llamado Austin Wiggin Jr., concurre a una especie de vidente, que vaticina que su hijo se casará con una muchacha pelirroja, tendrá dos hijas antes que ella muera las cuales luego, con sus restantes hermanas, tendrán éxito con la música. Austin creció, y las dos primeras predicciones se cumplieron, por lo cual se abocó a dar forma a la tercera.
Aún en edad escolar, sacó del colegio a sus tres hijas y les compró instrumentos musicales a cada una: Una guitara para Dorothy “Dot” Wiggin (Quien además cantaría), Otra para Betty Wiggin, una batería para Helen Wiggin y tiempo después un bajo para Rachel Wiggin. De esa manera quedó conformado The Shaggs.
Paralelamente las mandaba a clases de canto y al poco tiempo debutaron en conciertos del pueblo. Austin estaba tan decidido a cumplir la videncia hecha a su madre, que tomó un rol bastante autoritario en cuanto al manejo de sus cuatro hijas. “El dirigía, nosotras obedecíamos”, contaría tiempo después Dot.
En 1969, gracias a la innegable insistencia de Wiggin padre (Porque otra explicación no hay) graban su único disco "Philosophy of the world", una obra sobre cuya sonido se han ensayado muchas explicaciones, pero que claramente no se editó en el momento adecuado. Más digno del post punk, su batería machacante, la manera caótica de hilvanar la letra con las melodías y el modo casi inocente de cantar, sumado a sus letras, lo convertían en algo de otro planeta. Obvio, a nadie le interesó esto. Las chicas no cumplían con los parámetros de "cantante pop glamorosa" a lo Nancy Sinatra. Doble escollo para las chicas en un ámbito ya de por si machista.
Siguieron tocando hasta el 75, en las vísperas del punk, sólo por el capricho de su padre. Pero la muerte lo sorprendió ese año y el grupo se separó.
No se volvió a escuchar de ellas hasta principio de los 80 gracias a la insistencia del grupo estadounidense NRBQ que fongoneó la reedición del disco con grabaciones hechas en los 70 y de la revista Rolling Stone, que lo decreto el "regreso del año".
Hoy por internet circula una lista de las 50 mejores disco para Kurt Cobain, guitarrista y cantante de Nirvana. Cuarto figura "Philosophy of the world", de The Shaggs, una banda a la que Frank Zappa calificó "mejor que The Beatles". El punk rock es así. No creemos que se cumpla la predicción de la vidente.


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