Southend,
ciudad ubicada al sudeste del país, en el condado de Essex, ha sido
durante la primera mitad de los 70, cuna de varios grupos vinculados a
la pujante escena del pub rock inglés, como The Kursaal Flyers, Eddie
& The Hot Rods o Dr. Feelgood. En ese marco, un joven llamado Nick
Paul, comenzaba a dar sus primeros pasos en la música, siguiendo los
patrones dejados por sus adorados New York Dolls, MC5
y The Stooges. Aquello se traduco en la conformación de un grupo al que
podíamos calificar de proto punk y al que, sin demasiada originalidad,
bautizó Raw Power.
Pero
casi al unísono, exactamente el 22 de octubre de 1976, llega a sus
manos el single de una ignota banda londinense llamada The
Damned y que llevaba como titulo “New Rose”. Había sido lanzado ese
mismo día. Aquello lo dejó aturdido, con
ganas de más. Probablemente la confirmación de un camino a seguir la
obtuvo
poco después, tras ver a The Clash en el 100 Club de la capital inglesa.
No dejaba de reivindicar a sus héroes del pasado,
pero ninguno de ellos estaban activos hacia 1977. El punk rock dio un giro total a sus
intereses.


Así fue que reunió a Ian Duffy en el bajo (por
medio de un aviso en el Evening Echo) y a John Dee en la batería (A quien conoció
en un pub), haciéndose cargo él de la guitarra y la voz. Su intención era hacer
un rock realmente crudo, rabioso, que sea la banda sonora de aquella
generación, y una reinterpretación más sucia del Rythm and Blues que imperó en
los años previos.Así nació The Machines.
Antes de su debut, los editores de Strange Stories,
Richard and Dave, se hacen cargo de la representación del grupo, consiguiendo
que den su primer concierto en julio de 1977 en un concurso de bandas en el
Queens Hotel de Southend. Sorprendieron a todxs. La ciudad no contaban con
grupos con esa actitud, explícitamente punk, hasta entonces. Pronto, aprovechando la corta distancia
con Londres, consiguieron fechas en los emblemáticos antros de la capital como
el Roxy, el Vortex o el City of London Polytechnic. Nick Paul tenía una energía
tan arrolladora con la música de su banda, que lo hacía escribir muchas
canciones nuevas, lo cual era singular en los emergentes grupos punks que solían
alternar temas propios con covers. A su vez esa incidencia casi permanente de
Nick en el andar de la banda terminaría resquebrajando a The Machines que no
alcanzaría un año completo de rodaje previo a su separación. En tan corto
tiempo llegaron a tocar alrededor de 30 veces, lo cual era un montón comparado
con otros conjuntos que peleaban por conseguir una fecha, incluso en sus
ciudades.
A fines del 77, The Machines grabó una serie de
demos en vivo, que Nick publicaría a través del sello independiente Detour/Bin
Liner Records, en el vol. 4 de compilado Bored Teenagers.
Fuente:
www.southendpunk.com
www.boredteenagers.co.uk
www.punk77.co.uk
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