miércoles, 1 de marzo de 2017

The Fall (Manchester, Inglaterra, 1977)

En la historia de las primeras horas de la siguiente banda, encontramos muchos puntos que nos permiten dimensionar las razones por las cuales hemos decidió ahondar en trabajos tan singulares como los de Brian Eno con Cluster, y por qué eso no es tan extraño al situarlo en ese convulsionado 1977.
La cosa en torno a este grupo arranca un año antes, en 1976, cuando encontramos a cuatro amigos de Prestwich, un suburbio de Manchester, reuniéndose cotidianamente para compartir algunos de sus gustos comunes con el fin de cortar el tedio imperante en esos días. No sabemos si lograron tal objetivo, pero si que para ello recurrían a una mezcla de drogas, alcohol, literatura y música. Ellos eran Mark E. Smith, Martin Bramah, Una Baines and Tony Friel. Aquellos ámbitos eran ricos en discusiones sobre autores, discos y política. El 20 de julio de ese año, el grupo de amigos estuvo entre el privilegiado contingente que presenció la primera presentación de Sex Pistols en la ciudad. Y como le pasó a la mayoría de los presentes, como si se tratara de un virus para el cual se desconocía alguna cura, salieron decididos a volcar aquello que compartían en las reuniones en un nuevo grupo de rock. Por primera vez sintieron que la inexperiencia de algunxs de ellxs no era un obstáculo. Solo tenían que decidirse y hacerlo. Originalmente, Smith propuso el nombre de The Outsiders, pero no porperaría. Aquellos días iniciales son muy bien retratados por Simon Reynolds:


"A The Fall no solía interesarle demasiado la moda, sin embargo. Flacucho, de cabello fino y no necesariamente limpio, usualmente vestido con un pullover desaliñado de color indeterminado, Smith parecía una escuálida versión adulta del escolar de Kes, la película de 1969 del heredero del realismo social británico Ken Loach. Así y todo, los demás integrantes de la banda si estaban absolutamente fascinados con las otras tres rutas de escape: la literatura, la música y las sustancias ilegales. La primera formación de The Fall parecía más un grupo de poesía que una banda de rock. Pasaban el rato en el departamento de Baines y se leían sus apuntes unos a otros. ‘En aquel entonces todos escribíamos, no solo Mark’, Recuerda Bramah.
Aunque hubieran odiado la palabra intelectual (olía demasiado a estudiante universitario y educación superior, un mundo que despreciaban), eso es lo que los cuatro miembros originales de The Fall eran: Intelectuales de clase obrera. Ratas de biblioteca haciendo buen uso de sus tarjetas de acceso, y devorando todo lo que se cruzara en sus caminos: Desde Burroughs hasta Philip K. Dick, desde Yeats a Camus. El nombre de la banda, de hecho, fue tomado de La Caída (The Fall), la novela de Camus que Tony Friel, el bajista, justo estaba leyendo en ese momento."
The Fall 1977
Friel, precisamente, era en cierto modo el único con cierta experiencia, ya que había tocado en un grupo llamado Nuclear Angles. Mark Smith ya dejaba traslucir en sus cripticas letras enriquecidas por su afición lectora, algo que no parecía encajar con los cada vez más difundidos dogmas del punk. A las letras de Smith también añadió su parte en los primeros veces la ocasional primera baterista, Una Baines, quien ayudó a definir el costado más político del conjunto a partir de su férreo feminismo. Una comenzó improvisando la percusión con latas de galletitas, ya que no podía costearse una batería completa. Ello hizo que pronto se encargue de los teclados. Por su parte, Martin Bramah se encargaría de las cuatro cuerdas.
El debut se produjo el 23 de mayo de 1977 en el sótano de North West Arts, con un tal Steve Ormrod en la batería. Fue debut y despedida, ya que no coincidía, aparentemente, con la ideología del resto del grupo. Su lugar sería ocupado por Karl Burns, ex colega de Friel en su banda anterior. Las bases se habían vuelto muy importantes en el sonido original de The Fall, por lo que las letras de Smith/Baines, generaban una atmósfera áspera a partir de la repetición cíclica de sus melodías, machacantes por momentos y que parecían una banda de sonido perfecta para una ciudad como Manchester. En ello se mezclaban gran parte de sus particulares influencias, que otra vez nos hacen tomar en cuenta algo de lo que marcábamos al principio, en cuanto a esa conexiones que parecen subterráneas, entre ciertas corrientes sonoras vanguardistas y los días de apogeo del punk: Eran fanas de los krautrock Can, de la psicodelia garagera de Captain Beefheart, de la oscuridad poética urbana de Velvet Undeground y, por supuesto, de esos jazzeros heavies llamados The Stooges.
Aunque la escena recién despuntaba, no era fácil guardar muchos secretos en este otrora epicentro industrial mundial, por lo que pronto acapararon la atención de Richard Boon, manager de Buzzcocks. Gracias a sus gestiones ingresaron a estudios para grabar los temas de lo que sería su EP debut, Bingo-Master's Break-Out!, el cual se editaría a través de su sello New Hormones. Pero ante la imposibilidad de solventar todo el proceso de publicación, Boon le devolvió las cintas al grupo, las cuales verían la luz más de un año después.
En definitiva, The Fall no editaría de manera oficial durante el 77, aunque si grabaría varios temas. Dos de ellos (los primeros en publicarse oficialmente en junio del 78), se registraron en el mes de octubre, durante la presentación del grupo en lo que se dio en llamar Short Circuit: Live at the Electric Circus. El Electric Circus era el epicentro del movimiento punk en la ciudad de Manchester. Por allí pasaban todas las bandas del momento, pero su cierre a fines de año anunciaba la velocidad con lo que todo se daba. Estamos hablando de la clausura de un espacio emblemático del punk durante el mismísimo año 1977. La cuestión es que en las noches del 1 y 2 de octubre se presentaron la mayoría de los grupos emergentes de la ciudad:  John Cooper Clarke, The Drones, Warsaw, Steel Pulse, Buzzcocks y los novatos The Fall. Los dos temas que aparecen en el disco son “Stepping Out” (Abre el disco) y “Last Orders”.
Al igual que ocurrió con Warsaw (pronto Joy Division), 1978 significaría la redefinición del rumbo musical de la banda, algo que en cierto punto parecieron tenerlo claro desde el principio. Solo que necesitaban pulirlo.



Fuente: 
Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo. Simon Reynolds
https://nathannothinsez.blogspot.com.ar

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