Del norte, viajamos imaginariamente hasta el
extremo sudoeste de Inglaterra. Específicamente a Penzance, Cornwall. Desde
fines de los 60 y durante gran parte de los 70, se desarrollaron en diversos
puntos de Inglaterra lo que se denominaron Free Festival. No sólo porque se
trataba de conciertos gratuitos de música (Aunque también de otras manifestaciones
artísticas), sino porque también surgieron en un contexto de reformulación y
expansión contracultural en Gran Bretaña, donde el acceso a la expresión libre
parecía restringido. Los primeros se desarrollaron alrededor de 1969, época en
la que en Londres también florecía el llamado movimiento Underground, que
entremezclaba un replanteo político (sostenido en la acción directa anarquista
y las herramientas teóricas y expresivas planteadas por el situacionismos) y
cultural (tomando los coletazos de la psicodelia flower power en franca
decadencia), por lo que todo aquello hizo surgir una red de espacios que
anualmente exponían de manera concreta la unión entre visiones políticas y
contracultura en una sociedad que trataba de esconder su explícita conflictividad.
Aunque suene extraño (Teniendo en cuenta su devenir como artista en el
mainstream), de ellos formaron parte nombres como el de David Bowie, pero
también otros que se mantendrían, de cierto modo, vinculados al espíritu
inicial de los Free Festival como Mick Farren (The Deviants) o un tal Wally
Hope, retratado por Penny Rimbaud de Crass en su texto El último de los
Hippies (1982).
Todo este cuento nos sirve para contextualizar a
Cornwall como uno de los epicentros de estos Free Festival en los años previos
a la explosión punk. Con ellos se concatenaría un circuito de Pubs, donde
diversos músicos podrían mostrar sus propuestas.


Hasta allí se habían trasladado en 1975 tres
muchachos londinenses, John ‘Woody’ Wood, Charlie Taylor y Steve Hudson.
“Woody” fue el primero en llegar. Entre sus antecedentes figuraba haber sido el
encargado de la puerta de un tradicional boliche londinense de los 60 llamado
The Crawdaddy, época en la que llegó a compartir departamento con Guy Stevens
(DJ y productor inglés) y Eric Clpaton. Aunque al llegar a Penzance se
desempeñó como ingeniero, su principal esfuerzo estaba puesto los fines de
semana, cuando administraba los números musicales en un par de reductos locales
como el Mermaid Folk Club del Gurnard’s Head Hotel, en Zennor o las noches de
“jazz, rareza y poesía” en el Jacey’s Blues Bar.
Charlie era quien conocía desde adentro las
particularidades de integrar una banda de rock, ya que en los años previos fue
guitarrista de un grupo de Oxford llamado Half Human Band (una especie de garaje
psicodélico pelilargo, muy de la época), habitué de los Free Festivals. Por su
parte, Steve, había llegado junto a su hermano Al, músico londinense, de quien
también adquirió la afición por la batería.
La chispa se daría en las noches que “Woody” organizaba
en el Bar de Jacey, donde coincidían los tres forasteros y el músico, poeta y
activista político cornish Bert Biscoe.
Entre los 4 nació la idea de volcar en un grupo sus
intereses líricos y músicales, mezcla de oscura psicodelia y energía sonora. Así,
tras una zapada en un garage, la idea de la banda tomaría más forma. Al
principio se autodenominan Roadmaster, pero fue rápidamente dejado de lado.
Luego se llamaron Matt Vinyl & the Undercoats, con el cual se presentaron
un par de veces, hasta adoptar un nombre definitivo, inspirado en un personaje
de DC Comics, que se caracterizaba por concentrar todo el saber intelectual. Así
nació Brainiac Five.
Bert Bisoce sería el cantante y segunda guitarra,
Charlie Taylor (Charlie Nothing) sería guitarrista principal y acompañaría en coros, John
“Woody” Wood en bajo y Steve Hudson en batería.
Aunque no esquivaban los covers, el repertorio
inicial contaba con bastantes temas originales para una banda nueva.
Particularmente nacidos de la pluma del poeta del grupo, Bert. Sus primeros
conciertos lo hicieron en el ciruitos de pubs y de los aún existentes Free Festivals, cuyas causas de solidaridad política los mantenían vivos. Se podían
hacer para apoyar una huelga o para juntar dinero por algún preso político.
Bert estaba muy empapado de todas estas cuestiones.
A medida que la plaga punk se empezaba a extender,
cada ciudad, cada pueblo, la vivía a su modo, con la poca información que
llegaba del epicentro, Londres. Algunas localidades como Penzance, aún
permanecían envueltas en la atmósfera del circuito Pub Rock. Por lo que las
causas de los conciertos en esos años, por más solidarias que sean, no siempre
eran entendidas por la gente que concurría. Así muchas veces se llenaba de
motociclistas con más ganas de pelear que de cooperar con la causa de la
reunión. Pero claro que el punk no solo implicaba un grupo de quilomberos sin
nada mas que hacer, aunque eso sea lo que los medios divulgaran. 

Los Brainiac Five supieron incorporar su propuesta
al espíritu que trajo consigo el auge del punk en el Reino Unido. Que, en
definitiva, era una respuesta específica, a problemas específicos, en un
momento específico, en un lugar específico, pero con herramientas de distintas
épocas, algunas de las cuales los Brainiac 5 conocían de primera mano.
Es por entonces que también la banda se conecta con
Martin Griffin, un viejo conocido de Charlie Taylor de la Universidad de Oxford
y de Half Human Band. Éste artista se había hecho cargo de los Roche Studios y
gestionó que la nueva banda de su amigo pudiese realizar algunos registros allí,
algo que se prolongó durante un buen tiempo. Griffin sería en los 80 baterista
de Hawkwind.
En esos estudios se grabaron los temas incluidos en
un álbum llamado Double Booked en el cual se reunían los principlaes exponentes
de la pujante (aunque ya en salida ante la llegada del punk) escena pub de
Cornwall. Los Brainiac 5 estuvieron incluidos con dos temas: “Marilyn munroe” y
“Natty punko”, sus primeras dos grabaciones publicadas de manera oficial,
durante octubre del 77. En el 78 sacarían un EP muy singular para su época, en
el que se unían épocas e influencias.
Respecto a esto último siempre se ha hecho hincapié
en el perfil psicodélico que el punk rock que desplegaba Brianiac 5 tenía.
Sobre todo en un bache entre las dos épocas de apogeos de la psicodelia
musical.
Charlie Taylor describía su sonido como “una
combinación de haber escuchado a las bandas psicodélicas de San Francisco de
los 60 y absorber la atmósfera relajada del oeste de Cornwell de aquel momento.
El ‘verano del amor' aún continuaba allí diez años desués de que haya terminado
en todos lados”. En relación a
los músicos que los inspiraron, la lista, según el propio Taylor incluía
“Captain Beefheart, Spirit, MC5, Sun Ra, Quicksilver, Sex Pistols, Television,
CAN, lo primero de Blue Oyster Cult, Grateful Dead, Amon Duul II, Cluster, Love,
Family, Henry Cow, Soft Machine, Caravan, Byrds, Fairport Convention, Traffic,
Groundhogs, Hawkwind, Stooges, Little Feat, Tower Of Power, Miles Davis
1969-1975, Moby Grape, The Move, Pink Fairies, Pretty Things, Ramones, Status
Quo, Velvet Underground, Wire, XTC y más....”.
De todo eso, salía el sonido de Brainiac 5.
Fuente:
www.psychedelicbabymag.com
www.kernowbeat.co.uk
www.boredteenagers.co.uk
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