jueves, 23 de marzo de 2017

Johny Du Cann (Londres, Inglaterra, 1977)

A medida que avanzamos en la exploración sonora del año 1977 en el Reino Unido a través del punk, nos queda claro que éste fue un impulso vital para muchxs adolescentes que se decidieron a tomar un instrumento musical o un micrófono para decir lo suyo, desde la rabia, el rechazo, la negación y otros tópicos que el punk supo explotar muy bien. Pero, lejos de cualquier pronóstico, advertimos que algunas corrientes musicales o escenas, de mayor presencia en los años previos y a las que el punk supuestamente venía a enterrar para devolverle al rock and roll la energía perdida, seguían activas, reformuladas e incluso nutriendo a la new wave desde diferentes lugares. Grupos repasados como Brianiac 5, Joe Cool & The Killers, Plummet Airlines, Motorhead, XTC o The Soft Boys, entre otros, son ejemplos de esta suerte de imperceptible, para muchxs, sincretismo musical que se daba durante el mismísimo 1977.
Ese año fue el marco en que un músico llamado Johnny Du Cann sacó a la luz su propia interpretación de los que el punk, musicalmente hablando, quería expresar. Seguramente era consciente de las divergencias generacionales que aquello le implicaba. Pero si el punk tenía que ver con la chance de que todos se expresen más allá de las intermediaciones, para sortear obstáculos, Johnny había entendido de qué iba la cosa.
Nacido como John William Cann en 1946, en Leicester, para la época de ebullición punk, con 31 años de edad, resultaba ya una suerte de fósil del rock. John venía pisando escenarios desde mediados de los 60 con diversas bandas de garage (O freakbeat, en su concepción inglesa) y hardrock como The Attack o Andromeda, hasta recalar en 1970 a Atomic Rooster, conjunto al que se podía incluir dentro del amplio universo progresivo post psicodélico. Participó con su guitarra en un par de discos y luego se lanzó a encabezar proyectos propios entre 1971 y 1973, que fueron mutando de denominación: Daemon, Bullet y Hard Stuff. Se trataba de bandas con un sonido transicional entre el progresivo y el más agresivo y naciente heavy metal.
En 1974, su estilo de guitarrista filoso le abre una posibilidad importante, en principio temporal: Sumarse a la señera banda irlandesa Thin Lizzy durante su gira alemana. Fue por entonces que se le sugirió dejar atrás el oficial John Cann, para adoptar el nombre de Johnny Du Cann, que identificaría su carrera solista a partir de ese momento.
Fue en el caliente 1977, cuando a Johnny le surge la posibilidad de grabar un disco con su propio grupo, tras presentar demos en Arista Records. El sello le recomendó a Johnny apuntalar su material con la colaboración de Francis Rossi, guitarrista de Status Quo, con quien Du Cann compartía manager (Quarry Managment). A Rossi (quien produciría y tocaría en el álbum) se le suman otro de sus compañeros de banda, el tecladista Andy Brown, además de un futuro miembro de los Status Quo, como era el baterista Peter Kircher (reemplazado en algunos tracks y en las presentaciones vivo por el ex compañero de Johnny en Atomic Rooster, Paul Hammond). A su vez, las cuatro cuerdas quedarían a cargo de John McCoy (luego en el grupo new wave Neo).
En agosto, Arista anticipa parte del álbum con un primer single, Throw him in jail/ Street strutter, seguido en octubre por Where’s the show/ Hang around. Por algún motivo, tal vez vinculado a que deseaba contar con un disco más acorde a lo que se vendía por entonces (música disco o punk rock), la compañía decidió aplazar la salida del LP. Probablemente les pareció que había poca renovación en la formación como para llamar la atención de los públicos nuevos. Pero la realidad que esas pocas muestras dejaron traslucir una propuesta que mixturaba la pesadez de Staus Quo con la energía de Sex Pistols, creando un sonido new wave que se dejó pasar de largo. Recién en 1999, el sello independiente inglés Angel Air, editaría el postergado disco (22 años más tarde) más algunos bonus tracks.
Sin duda, Johnny Du Cann no pasó a la historia por su aporte a la explosión punk, pero sí se trata de otro ejemplo que expone como la energía punk le dio vidas extras a músicos anclados en tradiciones precedentes. Algo que también ocurrió gracias a la predisposición de éstos a adentrarse en dicha aventura, más no sea por unos meses.



Fuente:
www.independent.co.uk
www.angelfire.com
punkygibbon.co.uk

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