Continuando en la sureña localidad de Brighton,
encontramos allí un claro ejemplo de la expansión de la fiebre punk más allá de
Londres y de las otras grandes ciudades del país. Quizás incorporadas un poco
más tardíamente a este fenómeno, ello no implicaba que no tuviesen un pasado
con interesantes muestras vinculadas a otras expresiones musicales británicas
en los años precedentes. Pero el punk se llevó puesto todo y casi que obligó a
quienes en estas ciudades periféricas a la capital inglesa estaban envueltos en
el mundo de la música pop, a rever el camino a seguir.
El ejemplo en cuestión, asoma en mayo del 77 bajo la
denominación de Slits & Bedmates, con Jan Breton en voz, Tony Mayberry en
bajo, John Clay en guitarra y Stuart Green en batería. Pero Breton se va e
incorporan una nueva guitarra, a cargo de Suchard Thittichai. Con esta
alineación, John Clay (quien trabajaba como empelado en un negocio de Brighton)
convence al cuarteto de concurrir a una audición en la productora de David
Courtney, un reconocido hombre de la industria musical vinculado Artistas como
Led Zeppelin, The Who o Eric Clapton y que poco tiempo antes había llevado al
éxito al cantante de pop y soft rock Leo Sayer.

Una de los primeros pasos que dieron a partir de su
contacto con la productora de Courtney, fue modificar tanto sus denominaciones
como la de la banda. John se hizo cargo de la voz principal, pasando a llamarse
Joe Cool, con lo que el grupo quedó definido como Joe Cool and the Killers.
John no era un adolescente, y sus influencias musicales
están estrechamente ligadas a cierta tradición arraigada en Brighton. Esta
localidad costera, reconocido centro turístico británico, fue en los 60, escenario de los más violentos
enfrentamientos entre mods y rockers. Desde entonces las vertientes más tradicionales del rock & roll han
estado vinculado a esta ciudad e influyeron en el perfil en que hicieron
hincapié Joe Cool & The Killers. Decía Clay (O Joe Cool): “No me intereso
en los alfileres de gancho porque creo que es sólo una moda (…) Estoy
interesado en la música totalmente energética y agresiva, y la new wave ha
traído eso de vuelta. Es un retorno al espíritu del rock 'n Rollo, la idea de
que ppodés no tener un montón de formación musical y sonar como el carajo con
una guitarra".
Para el él la new wave rompería la frontera entre punks y
teds, porque ambos estaban representados en la explosión punk. Sin embargo
algunos de sus shows estuvieron teñidos de quilombo, que adjudicaron a la
presencia de hooligans de futbol. Sin embargo, ya por entonces, en cada rincón
del país donde había algún concierto punk, la posibilidad de disturbios que
impidan la finalización del show, estaba latente. No importa quién tocara.
Como veníamos diciendo, los sellos estaban a la
pesca, y acordaban con grupos cuya existencia no superaría la barrera de 1978,
tal el caso de los Killers de Joe Cool. En su caso fue el particular sello
Arola, con antecedentes en la música disco y casi ninguna
relación con el punk.
De todas maneras ello les permitió publicar su único single bajo el
nombre que nos ocupa hoy. El mismo apareció a fin de año con el titulo
de I just don’t
care. En esa mismas sesiones de grabación se registraron los temas de su primer
LP, que publicarían al año siguiente bajo el nombre de The Killers, pero eso ya
es otra historia.
Fuente:
www.punk77.co.uk
www.punkbrighton.co.uk
www.punkygibbon.co.uk
No hay comentarios:
Publicar un comentario