miércoles, 24 de mayo de 2017

NON (Denver, Colorado, EE.UU., 1977)

El inicio de nuestro breve recorrido por la producción de sonidos alternativo en el Estado de Colorado, lo comenzamos con un proyecto que nos obliga a hacer la siempre difícil distinción entre la obra y el artista. En este caso trataremos de repasar lo más sintéticamente posible de lo que se trató NON y su mentor, el multifacético y muchas veces despreciable Boyd Rice. 
Rice nació en California en 1956. Aunque su relación fue estrecha con la editorial de V.Vle RE/Search, que estaba detrás de publicaciones enfocadas en las escenas musicales alternativa de fines de los 70 como Search & Detroy o Industrial Cuture Handbook, su base de operaciones sería la ciudad de Denver. 
A lo largo de nuestros 96 programas, hemos reflejado en más de una ocasión ejemplos de proyectos sonoros, tanto en Inglaterra como en EE.UU., que escapaban a las lógicas estructuras de la música pop, en cuanto producto fácilmente comercializable. Se trataba de espacios de experimentación, de búsqueda de nuevas herramientas compositivas o de simples y novedosos vehículos de provocación. Así como los británicos Cabaret Voltaire o Throbbing Gristle, nos hemos topado como los norteamericanos Vertical Slit. 
La obra sonora de Rice encaja en este cuadro. Desde 1975 se interesó en entrelazar la vertiente más comercial del rock, como era el pop bubblegum de cantantes femeninas de fines de los 60 con los ritmos programados de sintetizadores y cintas manipuladas artesanalmente. En un principio aquello solo era un hobby, pero hacia 1976 empezó a darlo a conocer hasta el punto de publicarlo en un vinilo aparecido en 1977 y que reunía esos dos años previos de laboratorio musical experimental. Aunque no tenía un título oficial, el álbum autoeditado sería conocido como The Black Album. 
El siguiente paso, sería darle mayor continuidad a esa veta musical, a la cual llamaría NON, un nombre que según él “implica todo y nada a la vez”. Y es que su concepción de “música” buscaba en esos primeros días escapar a cualquier idea preconcebida o estática. Podía sacar discos en los que sugería al escucha ponerle en la velocidad que quiera, con lo cual la reproducción de esos sonidos ya quedaba en sus manos, no en las de Rice. Entre las técnicas de John Cage y el incipiente rock industrial se movería la propuesta de NON. 
Robert Turman colaboró con Boyd Rice en el arranque de la propuesta ruidosa de NON, que debutó en el prolífico año de 1977 con un autoeditado 7” llamado Mode of Infection. 
La puesta en práctica de este material, es decir la presentación en vivo, llevó a Rice a buscar formas performáticas que se complementen con los ruidos de sus discos. Así fue que fabricaba sus propios instrumentos (guitarras con ventiladores), y en ocasiones recurría lo que él llamaba “técnicas de adoctrinamiento” de la audiencia, poniendo a prueba su umbral de tolerancia al ruido o incluso obnubilándolos con potentes focos de luz. Casi una sesión de tortura. 
Este perfil que solo podría quedar en una estrategia performática por parte de un artista inquieto, quien también se desempeñaba en otras ramas como las artes plásticas (admiraba a los dadaístas y surrealistas), la fotografía experimental o la literatura, nos abre la puerta hacia otra dimensión, mucho más oscura de su historia. Y que la abordamos no por admiración, por supuesto, sino como muestra de la compleja composición que tuvo muchas veces aquel contexto que resumimos en una simple etiqueta que puede ser “punk”, new wave” o “industrial”. Sin embargo, no sería honesto decir que no formó parte del mismo. 
Boyd Rice mostró desde temprano un interés en la provocación. Declaraba que había tratado de todas formas acercarle a la mujer del presidente Carter una cabeza de oveja esquilada, no sabemos bien con qué fin. Pero a mediados de los 80 ese límite empezó a hacerse más difuso. Rice se mostró cercano a Anton LaVey y su La Iglesia de Satán, así como también hizo pública su adhesión a la idea de la teoría social darwinista, sostenida a través de una institución llamada The Abraxas Foundation que pregonaba la misantropía y el totalitarismo a partir del gobierno de los más fuertes. Ello, como no podía ser de otra manera, desembocaría en una estrecha relación de Boyd Rice con manifestaciones neofascistas, como cuando se fotografió uniformado con el líder del American Front, partido neonazi estadounidense. Así mismo colaboró con grupos siempre sospechados de simpatías neofasictsas, que hacen neofolk, cuando no se manifestó contrario al aborto minimizando la violencia contra las mujeres. Su justificación siempre fue la de la provocación, pero nunca pareció demasiado convincente. La mayoría cree que lo hacía para impedir los continuos boicots que sus esporádicas presentaciones protagonizaban. 
Estos coqueteos de cierta forma de correr los márgenes de la experimentación sonora, incluso jugando con el dolor, con formas de totalitarismo se vio también en bandas como Throbbing Gristle en el Reino Unido. Desde sus inicios en el contexto liberador de una escena musical alternativa que emergía de la mano del punk a fines de los 70 hasta ese apologista de la dominación algo nos habla de que hay que estar más atento a ciertas señales a tiempo, sobre todo de quienes se mueven en nuestros entornos y con nuestras herramientas.




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