jueves, 5 de octubre de 2017

Les Rallizes Dénudés/裸のラリーズ (Kyoto, Japón, 1977)

No casualmente la palabra “ruido” está presente en el nombre de este programa. Si bien nos interesa todo aquello vinculado a la manifestación musical del punk, siempre nos pareció necesario incorporar en nuestros repasos aquellas manifestaciones radicales dentro de lo que es la música. Hubo un momento, especialmente a fines de los 60 en que la experimentación, la fusión de influencias, se cruzó con el rock, dándole nuevas perspectivas. Y en ellas mucho tuvo que ver el contexto en que proliferaron tales experimentaciones. 
En el marco de expansión de la música pop como mercancía apuntada a lxs jóvenes, romper con las estructuras tradicionales de la música era un gesto que llevaba al rock a algo más cerca de la rebeldía que decía pregonar. Como una interferencia que también coincidía con un periodo de radicalidad política que protagonizaba, entre otros actores sociales, la juventud.
Por eso si nos metemos a revisar que pasaba en el escenario musical de Japón hacia 1977, coqueteando con los primeros atisbos de algo parecido al punk, nos es necesario poner la mirada en la década previa. Y en tal sentido, si creemos que el punk encarnó algo de radicalidad en su contexto social y cultural, no puede ignorarse el aporte de ruptura que añadió un grupo como Les Rallizes Denudes, cuya radicalidad no solo residía en su manera de hacernos viajar con sus ruidos.
Partiendo de la base de que no estamos hablando de una anda de punk rock, ni siquiera de un conjunto que explotó en 1977, si debemos situarlos activos durante aquel periodo. Pero su historia debe ser encarada en dos partes. El punto de inflexión fue el año 1970. Enfoquémonos entonces en la primera parte, en sus comienzos. Y ello nos lleva a entender de qué Japón estamos hablando.
Durante la Segunda Guerra fue una de la llamadas tres potencias del Eje, junto a la Alemania nazi y la Italia fascista. Su rendición se produjo el 15 de agosto de 1945, marcando el final de la Guerra (Bombas atómicas mediante). Desde entonces hasta 1952, las fuerzas aliadas se repartieron las posesiones japonesas, aunque fue EE.UU. el país que ejerció un auténtico control sobre gran parte de las islas del archipiélago. Aquel periodo fue complicado y tortuoso, especialmente para muchas japonesas, abusadas masivamente por los militares de las fuerzas de ocupación en las primeras semanas. A ello se le agregaba una asfixiante situación económica. En los sesenta, el llamado “milagro japonés" empezaba a tomar forma en cuanto a los niveles de crecimiento tras la guerra. Pero en la sociedad podían verse un fuerte contraste entre las culpas de las generaciones mayores, que perdieron la guerra en el bando del Eje y las nuevas generaciones que empezaban a renegar de ese pasado y que en muchos casos lo tradujeron en una activa participación política en los crecientes círculos de izquierda en los ámbitos universitarios.
Un ejemplo de ello se dio en la Universidad Doshisha de Kyoto, donde estas expresiones en conflicto con la tradicionalidad japonesa se apreciaban, por ejemplo, en compañías de teatro no convencionales, como la vanguardista Gendai Gekijo, la cual apuntaba, según manifestaban, “negar todos los estilos teatrales existentes”. El soporte musical, o mejor dicho sonoro, de sus performances, desde 1962 lo realizaba un conjunto de díscolos instrumentistas que, promediando la década, tuvo que emprender su propio camino, ya que sus propuestas estruendosas terminaban tapando las teatrales.
Esta fue la chispa para que en 1967, Takashi Mizutani en voz y guitarra, y Moriaki Wakabayashi en bajo, se lanzaran por su cuenta con un proyecto desde el principio no convencional. Primero lo llamaron Hadaka No Rallizes, para al poco tiempo adoptar el definitivo Les Rallizes Denudes. No hay una certeza sobre el significado del nombre y del por qué en frases. Estos varían desde "los despojados" a eufemismos de consumo de drogas. Pronto sumaron al baterista Matsumoto Tsutomu. Difícil de pensarlos dentro de la idea tradicional de grupo de rock, aunque esa música sea uno de los disparadores de su enigmático, críptico y antisocial sonido, que de todos modos en sus primeros dos años podía incluirlo dentro del ecléctico universo de un rock psicodélico cada vez más volcado a la experimentación y la fusión. Podían sonar a veces como unos oscuros Greatful Dead, marcando que la melodías estaban presentes en sus singulares composiciones. Eran en un cierto punto, un reflejo del ámbito en el que surgieron, donde se podían mezclar el antiimperialismo, la filosofía existencialista y los happenings lisérgicos.

Takashi Mizutani aprincipios de los años 70.
Entre fines del 67 y principios del 68, tienen la oportunidad de registrar en un estudio, el puñado de composiciones que tenían. Pero a Mizutani no le gustaría ni un poco el resultado final de aquellas sesiones, por lo que no serían publicadas en el momento. A partir de entonces el halo de misterio crecería alrededor de la banda, ya que lo poco que quedó grabado de ellos corresponda a sus, a la vez, escasas presentaciones en vivo. Una de estas piezas corresponde al tema “Smokin Cigarrette Blues”, un tema que adelantaba su vínculo con el ruido. 
A todo este panorama sonoro hay que sumarle el mito alrededor de Mitzutani, un personaje que se volvía ineludible desde su oscura pulcritud: Ropa negra, pelo largo, lentes de sol aunque sea de noche y todo ello aullando letras cargadas de escepticismo que pronto rumbearían cada vez más a un nihilismo punk. No proclive al contacto con el público y la prensa, todo ello fue alimentando un clima de sociedad secreta alrededor del cantante, que parecía ser el líder de ese culto sónico ensordecedor. 
Gran parte de ese paulatino paso de la psicodelia experimental al noise es factible que se haya acelerado desde el momento en que Mizutani entró en contacto con discos de los lisérgicos de San Francisco Blue Cheers, pero sobre todo con el White Light/White Heat (1968) de Velvet Underground y las primeras muestras del krautrock.


Liberación de Rehenes del vuelo 351 de Japan Airlines
en Fukuoka
Sin embargo en 1970 se iba a producir un hecho que daría un vuelco mucho más drástico en el andar del grupo. El 31 de marzo de ese año, el vuelo 351 de Japan Airlines fue secuestrado por nueve integrantes de la facción Liga Roja Comunista, el antecedente directo de lo sería conocido como Ejército Rojo Japonés. El vuelo fue desviado a Seul y de ahí a Pyongyang en Corea del Norte, donde el régimen local brindó asilo a los secuestradores. 
Entre estos nueve miembros de la Liga Roja Comunista se encontraba Moriaki Wakabayashi, bajsita y fundador de Les Rallizes Denudes. Desde entonces, Wakabayashi reside en la capital norcoreana. Pero por sobre todas las cosas muestra que cuando se habla de radicalidad, no se trataba solo de provocar desde un escenario, sino de ir lo más lejos posible con las declamaciones explícitas que con la banda hacían por un cambio brusco y revolucionario en la sociedad.
El bajista Moriaki Wakabayashi, remarcado en rojo,
entre los secuestradores del vuelo 351 o "Yodo-Go"
La visión de Takashi Mizutani, pareció siempre ser un poco más descreída de cualquier acción impulsada por cierto idealismo, por más extrema que esta fuera. La pérdida de su colega y amigo en este hecho lo afectó y lo hizo volverse más introvertido que antes, además de llevar el sonido del grupo a niveles de crudeza sonora cada vez más agresivos. Su postura nihilista se afianzó así como su distancia de todo lo que pareciera rodear el show bussiness.
Por curioso que parezca, lo único oficial que hay de Les Rallizes Denudes, es un track en uno de los discos del álbum doble Oz Daisy Live, de 1973, en el cual participaban otras cuatro bandas que formaron parte del festival de ese nombre, organizado por un personaje del hipismo local llamado Dr Acid Seven.
Mizutani siguió con estas esporádicas y terapéuticas presentaciones agresivas, en las que se repetían una y otra vez la única decena de composiciones que hicieron en toda su trayectoria, aunque siempre con una licencia para la improvisación.
En 1977, apareció un disco en vivo titulado Heavier Than A Death In The Family, donde se incluyen la gran mayoría de estas piezas. 
A pesar de volverse cada vez más ermitaños, las leyendas crecían alrededor de Mizutani. Sobre todo que mantuvo su contacto con el Ejército Rojo Japonés, cosa poco probable. Nunca pareció adherir del todo los principios panfletarios del marxismo-leninismo. 
Pero si se sabe que su ruido causó mejor impresión afuera que dentro de Japón, donde personajes curiosos como Henry Rollins, aun hoy rescatan el difuso legado de Les Rallizes Denudes.


Fuente:
https://en.wikipedia.org/wiki/Les_Rallizes_D%C3%A9nud%C3%A9s
http://daily.redbullmusicacademy.com/2014/12/les-rallizes-denudes-feature
http://www.jotdown.es/2017/03/les-rallizes-denudes-partisanos-nipones-del-ruido/
http://pennpoliticalreview.org/2015/02/the-birth-of-noise/

1 comentario:

  1. Maravilloso post. Estaba buscando imágenes de Mizutani y me crucé con tu blog; me gustó muchísimo cómo lo escribiste.
    Siempre recordando a este gran pionero que revolucionó el noise y la escena under de una manera tan fuerte. Un saludo!

    ResponderEliminar