Resulta casi imposible enfocarse en repasar el punk
77, sin entrecruzar los primeros pasos de determinados grupos con el
surgimiento de algún sello independiente. Y esta no será la excepción. Y es que
el punk era eso, una mezcla de estímulos a hacer las cosas por propio medio,
aunque estos fueran escasos o ni siquiera se dispusiera de ellos.
Pero comencemos por la banda. En el oeste de
Londres confluyen una serie de barrios en donde tendrá lugar la génesis del
grupo en cuestión. Uxbridge, Fulham, Ickenham serán los lugares de confluencia.
Específicamente en un pub ubicado en el último de los lugares mencionados,
llamado Coach & Horses, un cuarteto de amigos se reunía a mediados de 1976
para decidir formar un grupo de rock, como esos que a ellos les gustaría ir a
ver. Así fue que Pete “Plug” Edwards asumió el rol de cantante, Pete Stride el
de guitarrista, Nigel Moore en el bajo y Pete “Manic Esso” Haynes en la
batería. Pasarían a llamarse The Lurkers. En algún punto eran los merodeadores
de la escena punk, llegaban a los escenarios habiendo estado mirando a un
costado desde hacía tiempo. Ahora era su momento.


Tras algunos ensayos, “Plug” dejó su lugar de
vocalista para transformarse en roadie (una suerte de encargado de la banda
cuando salían a la ruta), subiendo a veces a tocar la harmónica con sus
compañeros. Su puesto lo ocuparía Howard Wall, quien se convertiría en la voz
emblemática de los primeros años de The Lurkers. Debutaron en diciembre de 1976, en el
Uxbridge Technical College, como soporte de Screaming Lord Sutch, ante un
público que no superaba la decena.
Aunque con los años su sonido se adaptó más a los
cánones tradicionales del punk rock, la música de los Lurkers formó parte de
aquello por tener su propia personalidad. Eran claro que iban detrás de la
tradición iniciada por Ramones, pocos años antes: Recuperar esos sonidos de los
60 y primeros 70, tocados sin artilugios y con agresividad. Así, el punk de los
Lurkers presentaba calros indicios de glam, mod e incluso pop, sin resignar
energía y velocidad, apuntalado por la voz distante de Wall y la guitarra
caótica de Stride.
En abril de 1977, Moore abandona su puesto, siendo
remplazado en las cuatro cuerdas por Arturo Bassick.
Esa misma energía les permitió gestionar varias
fechas en los lugares más emblemáticos del punk de la primera hora. Durante los
meses que permaneció abierto el Roxy Club, en su primera encarnación, telonearon a
bandas como The Jam, Eater y Slaughter & The Dogs. También telonearon a
Generation X en el Vortex. Y entre los lugares más insólitos estuvo un recital
en la escocesa Isla de Arren, en el que no se vendía alcohol.
Por ese entonces, The Lurkers ensayaba en el sótano
de una disquería ubicada en Wandsworth, Londres. El local, manejado por Martin
Mills y Nick Austin, se llamaba Beggars Banquet (el banquete de los mendigos)
y, ante el avance del punk, decidieron dar otro paso en su rol difusor. Así fue
que, al igual que muchas otras disquerías del país (las ya nombradas Rock
On de Londres, Remember these oldies de Cambrdige, Small Wonder de
Walthamstow), crearon su propio sello indie: Beggars Banquet Records. Aunque
con los años estarían detrás del lanzamiento de artistas de distintas movidas
surgidas de la new wave (synth rock, new romantic, dark wave), su primer single
fue con la banda del sótano: The Lurkers.


En julio aparece el 7” Shadow / Love Story. Sería
el inicio de un prolífico periodo de 18 meses, que incluiría 5 singles y un LP.
“Shadow” fue elegido por el DJ John Peel como uno de los mejores temas del año,
y eso derivó en que el 18 de octubre sean convocados a dar su primera sesión
para su programa en la BBC1. Un mes después saldría a la calle el segundo
single: Freak Show/ Mass Media believer. El lado B fue el último aporte de
Arturo Bassick antes de dejar la banda, para ser reemplazado por el bajista de
los australianos The Saints, Kym Bradshaw.
Si bien continuaron durante todo el 78 y parte del
79, puede decirse que fue 1977 el año que The Lurkers más cómodo se sintió. Si
en esos días, una de las concepciones más aceptadas de lo que era el punk era,
más allá del aspecto, una forma de hacer el más maldito rock and roll, los
Lurkers no pueden ser ignorados, aunque sus pelos no lucieran lo
suficientemente cortos.
"No hicimos ningún esfuerzo para lucir ridículamente punks. Solíamos ver bandas que se ponían alfileres de gancho en la oreja. Pensábamos que estas personas habían leído demasiado el periódico The Sun y que suponían que era eso lo que debían hacer para ser punk rockers. Creíamos que eso de escupir a las bandas era un absoluta boludez. Los Lurkers nunca nos involucramos en eso. Odiamos esa mierda del showbiz. Sólo preferimos agarrarnos nuestras buenas borracheras. Pensamos que muchas de las otras bandas punk eran capaces de vender a sus abuelitas sólo para obtener fama. Oportunistas que buscaban convertirse en estrellas del rock. No tuvimos mucho tiempo para la mierda de Kings Road."
Arturo Bassick, en una entrevista con el sitio punk77.co.uk en 1999.
Fuente:
www.punk77.co.uk
www.thelurkers.co.uk/history/
www.boredteenagers.co.uk
www.boredteenagers.co.uk
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