"Genesis P. Orridge creia que ‘uno debería acercarse a cualquier instrumento del mismo modo que lo haría un niño’. Se hizo cargo del bajo por la sencilla razón de que creía que ese era el instrumentos que menos calificado estaba para tocar. Tutti, con la misma lógica, eligió la guitarra porque era el instrumento hacia el que menos atraída se sentía. Nunca aprendió a tocar ningún acorde, pero usaba un slide para deslizarse de manera espeluznante por los trastes o aporreaba las cuerdas y utilizaba la guitarra como si fuera un instrumento de percusión y –gracias a toda una batería de efectos- una fuente de ruido abstracto.

Había pros y contras en esta fijación de Throbbing Gristle con la composición/combustión espontánea. Continuando con una práctica que traían de sus días de performers, los miembros de Throbbing Gristle documentaron exhaustivamente cada show y editaron todo ese material. Cuando uno escucha estas grabaciones en vivo, se topa con paisajes de una densidad asombrosa: formas sonoras derretidas y distendidas que parecen gases solares saliendo como guirnalda de la superficie de una estrella. Chispazos lumínicos de una ametralladora emplazada en algún campo de batalla auditivo. Pero, al mismo tiempo, Throbbing Gristle terminó desarrollando inevitablemente todo un arsenal de riffs y muletillas –explosiones de bajos penetrantes, violentos accesos intempestivos, arcos que salían disparados hacia arriba- tan predecibles como cualquier otro lenguaje musical. Como ocurre con el free jazz y la improvisación musical, a pesar de todo el alboroto y la confusión, la paleta de colores sonoros podía empezar a parecer un tanto monótona.

P. Orridge también veía a Throbbing Gristle como una forma de Ciencia Ficción. ‘Estamos escribiendo acerca del futuro mirando el presente’, proclamó. Aunque P. Orridge se cortó el pelo en 1977 como un acto simbólico de ruptura con la era hippie. El Throbbing Gristle ‘clásico’ de temas como ‘Slug bait’ y ’Hamburger Lady’en realidad suena bastante parecido a lago así como un Tangerine Dream corroído y agónico, cierto tipo de rock cósmico propio de un universo que ya entró en una fase terminal y está perdiendo potencia. Throbbing Gristle también se volcaba a hacer lisa y llanamente ‘space music’ pura y dura, como es el caso de ‘After Cease to Exist’, que ocupaba –con sus difusas brisas de guitarras de tonos temblorosos en la líea del primer Pink Floyd/Syd Barrett- todo el lado B de su primer disco, ‘The Second Annual Report’.
Fuentes:
Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo, de Simon Reynolds.
http://www.wycombegigs.co.uk/11-february-1977-throbbing-gristle-nags-head/
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