miércoles, 13 de mayo de 2015

Garage Rock

En un tiempo en donde muchas veces primero se inventa la etiqueta y luego aquello a ser etiquetado, es preciso entender que esa expresión del rock and roll de los 60 a la que llamaremos "Garage Rock", no era consciente de ello.
Hemos visto como desde principios de dicha década  surgen, especialmente en los EE.UU y Canadá, algunas agrupaciones dispuestas a mantener viva algo de la irreverencia escénica y sonora de los precursores de la música rock y similares. Mientras las ansias de romper estrucutras dentro de las escenas musicales de su tiempo iban cediendo espacio a la necesidad de ser aceptados por determinados mercados de la industria discográfica, algunos músicos de rock de la vieja guardia preferían hacer un buen trabajo desde lo técnico, resignando espontenidad. Cuando estaban batiéndos e aduelo con sus propios demonios que los mantenían fuera del juego. Este momento coincidía con la proliferación de buenos grupos vocales que reformulaban el R&B y de solistas que tomaban aquel costado más melódico de Rock, que tuvo en el último Elvis de los 50 su máxima expresión.
Pero eso era lo que sonaba en la radios. Y eso era lo que escuchabna chicas y chicos a los largo y ancho de norteamérica en sus correspondientes pueblos, donde a veces el tiempo no pasaba tan rápido y esos sonidos eran una buena vía de escape. Pronto a las baladas, los tapó una ola que, como vimos antes, llegó desde las Isas británicas, revitalizando sonidos que parecían perdidos.
Haciendo una mescolanza de todo ello, estxs niñxs aburridos, al borde de terminar su colegio secundario, salieron a conseguir instrumentos que les permitiera emular de la mejor formar posible algo de aquellos ruidos que escupía la radio.
Esa misma urgencia, propia del aficionado hizo que apareciera un sonido más crudo que el que se quiso imitar, que hacía tempbalr las paredes de sótanos y cocheras de ciudades como Seattle, Texas, Minneapolis o Toronto.
Empezaban en fiestas de graduación, luego conseguían algún fichaje por algunas noches en cierto club bailable y si tenían suerte firmaban con algún sello local para grabar y editar un 7". Otros más inquietos, se lanzaron -como lxs primeros rockers- a editar ellos mismos su material. Y la fiebre se extendió y proliferaron infinidad de bandas amateurs, que querían ser una mezcla de The Rolling Stones y Eddie Cochran, pero que crearon su propio monstruo, metiendo en la licuadora sonidos beat, R&B, rockabilly y surf. 
La falta de recursos técnicos también aportó lo suyo para configurar un sonido cercano al ruido para los oídos sensible. Amplificadores baratos, que sonaban bien cuando se les subían el volumen y hací acoplar a las guitarras, generando un sonido rabioso. 
La lista de grupos aparecidas en este contexto, que apenas duró cinco años, es extensísima. Y algunos escandalizados DJs de estaciones de radio, escandalizados por el desinterés por ser dúctiles de estxs muchachitxs, no dudaron en catalogar a ciertas bandas nacidas en la costa noroeste de Estados Unidos como hacedores de "punk rock".
"Punk" seguía siendo por entonces un insulto carcelario, hacia aquel menospreciado y vilipendiado. Al homosexual abusado. Al marginadx entre lxs marginadxs. Y así se catalogó a esta musica en cierto momento.
Tuvieron que pasar poco más de diez años para que un peridoista y músico de New Jersey, llamado Lanny Kaye -quien apsaría a la consideración ser parte fundamental del Patti Smith Group años depsués-, se tomó el arqueológico trabajo de desempolvar a todas estas bandas a las que se las había olvidado tan rápido como duraron. Era tal vez una forma de mantener viva la memoria del rock mas prinitivo en tiempos de sinfonías y espectáculos teatrales de rock. Esa obra recopilatoria se llamó Nuggets. Y allí se llamó casi por primera a vez a toda esta gama de conjuntos musicales como "garage rock". Es casi con seguridad, el garage de alguna casa fue el punto de partida de ellos.
No hay un primer tema de garage. Hemos escuchado alguno que bien podría serlo. Pero si existió alguno versionado hasta el hartazgo por punks de todos los tiempos, es "Louie Louie".
Con reminiscencias a una temprana música jamaiquina, Richard Berry la escribió y grabó en 1955. De hecho, nos cuenta la historia de un pescador que espera el reencuentro con su compañera tras la ardua jornada de trabajo.
Hasta que cayó en manos -o voces- de The Kingsmen, un grupo de Oregon que ante la cadencia y sensualidad con la que la cantaba despertó sospechas del gobernador de Indiana, quien la prohibió, y del propio FBI. Se suponía que era una canción obsena, pero ni siquiera podían entender la letra. La sitaución los hizo más famosos. El tecladista de esa grabación, Don Galluci, sería el productor para Elektra Records del disco de The Stooges, Fun House (1970).
Entre las bandas que hicieron su versión de "Louie Louie", encontramos: Paul Revere & The Raiders, The Kinks, The Ventures, The Sonics, David Bowie, Frank Zappa, MC5, Patti Smith, Black Flag, Motörhead y un largo etcétera.

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