sábado, 31 de octubre de 2015

The Pirates

En el 77, en Inglaterra, muchxs hacían hincapié en lo novedoso que significó el advenimiento del punk. Pero sin negar ello, también es cierto que, al menos en su vertiente musical, nunca se negaron las inspiraciones de otros tiempos. De hecho aún hoy el sonido más representativo para muchos de la expresión punk implica una reformulación del rock and roll primitivo, aún más despojada que este. Este reconocimiento a las raíces crudas de ese tipo de música pop, podía expresarse a través de reversiones, revivals estilísticos o, incluso, compartiendo escenarios con algunxs de los sobrevivientes de esos años.
Pero también estuvieron aquellxs que quisieron experimentar por su cuenta el auge del punk rock en Gran Bretaña, habiendo ellos mismos atravesado todas las etapas del rock and roll de las dos décadas previas, sin haber caído en la tentación de la pomposidad experimental/progresiva. El Pub Rock resultó un buen refugio para aquellos viejos rockers de los 50 y 60, que parecían condenados al olvido, sin que se les reconozca su aporte. Hasta que los punks los rescataron. Fueron ellos quienes dieron el puntapié a muchas actitudes y fórmulas que parecen haber nacido con el mismo rock. Y no fue así. Hubo una primera vez en la que las bandas empezaron a echar mano a la teatralidad, cierta vestimenta o en la que no hacía falta que el cantante toque un instrumento. Casualmente, en relación a estas tres cuestiones, es necesario hacer un reconocimiento a una banda que no fue habitué de los top ten, pero cuyo legado los trasciende en el contexto inglés: The Pirates.
Nacidos en Londres en 1959, atravesaron, con algunos parates, todas las etapas de las escenas rock británicas con su fórmula de garage rock crudo, hasta quedar inmersos en pleno aluvión punk. Su principal figura en esos primeros años era el cantante Johnny Kidd, quien no tocaba ningún instrumento. Su presencia escénica ya era diferente. Salían vestidos de piratas, con parches en el ojo, pañuelos en la cabeza y en ocasiones hasta con garfios o puñales. Durante los 60, fueron inspiración para futuros monstruos del rock inglés como Led Zeppelin o The Who, sobre todo en la cuestión relativa al cantante que no toca ningún instrumento.
Las formaciones fueron cambiando a lo largo de los años, manteniéndose Johny Kidd como su cara principal. A comienzos de los 60 arribó uno de los guitarristas más influyentes:  Mick Green, a quien le han reconocido su influencias violeros como, nada más y nada menos, Wilko Johnson de Dr. Feelgood. Quizás el punto más alto de la carrera de The Pirates fue el hit "Shakin 'All Over", en 1960. Pero el éxito de las bandas beats, con The Beatles a la cabeza, relegó el estilo estético y musical que The Pirates representaban.  Intentaron volcarse al R&B, pero la cosa no funcionó al principio, frenando la chance de editar un álbum. Mick Green, entonces, se va atocar a The Dakotas y Kidd intenta a mediados de los 60 reflota a The Pirates con un estilo más agresivo de R&B, adelantándose una década a Dr. Feelgood y Eddie and the Hot Rods. Cuando tenía todo listo para lanzarse al ruedo con una nueva alineación del grupo, Johnny muere en un accidente automovilístico, al regreso de un recital cancelado, el 7 de octubre de 1966. The Pirates continuó por un breve periodo, hasta 1967.
Green siguió en el mundo de la música pero en un segundo plano, acompañando artistas que poco tenían que ver con su estilo. Hasta que en los años pre punks, de apogeo del pub rock, los elogios de Wilko Johnson y del propio Pete Townshend, regresan a la consideración pública al ex guitarrista de The Pirates. Por ese entonces, dos ex compañeros suyos, Johnny Spence y Frank Farley, habían vuelto a tocar juntos. Y la idea de concretar una reunión se caía de maduro, en el marco de la explosión de los pubs. Llegaron los contratos y la posibilidad de grabar nuevamente.
Aunque sin Johnny Kidd, The Pirates estaba de vuelta en la cancha. Y su público se poblaba de pequñxs punks. Era 1976. Con su ropuesta de rockabilly-blues-rock & roll, hacían viajar en el tiempo a los novatos que merodeaban esos ámbitos llenos de humo y cerveza. Tres décadas recorridas con actitud punk, sin saberlo. Mick Green continuó siempre reconocido por artistas tan dispares como Lemmy de Motorhead o Paul McCartney.


Fuente:  http://sonsofthedolls.blogspot.com.ar/2010/01/pirates-land-of-blind.html

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