jueves, 12 de noviembre de 2015

Celia & The Mutations

Más allá de sus deseos, The Stranglers habían quedado inmersos en la primigenia camada punk 76-77 que parecía hacer de la incorrección política su único manifiesto. A veces con ironía y otras no tanto. La misoginia que parecía destilar los de Guildford en algunas de sus primeras canciones, era luego reforzada con un desfiles de chicas en bolas frente alas críticas que los tildaban de machistas ¿Como encontrar en aquello una cuota de crítica hacia algo que había formado parte de las grandes estrellas del rock dinosaurio a la que el punk venía a aniquilar como un asteroide? No era un problema de los punk mostrarle el camino a los críticos. Esas paradojas tuvieron su correlato cuando durante el año 1977, The Stranglers forme parte de uno de los misterios más torpemente guardados, el cual involucraría a una chica.
Evidentemente, si hacemos hincapié en la irrupción de individuos como Siouxsie Sioux, Chrissie Hynde, Joan Jett, Debbie Harry, Jayne County, Patti Smith o Poly Styrene, como algo extraordinario, es porque ni siquiera el punk en sus comienzos se planteaba romper cierta lógica machista predominante en la música pop que lo precedió. Pero es que cada voz femenina movía la estantería. Y en este caso sería la de una ¿enigmatica? cantante llamada Celia Gollin.
La cuestión es que, sin ser una cara conocida de la música inglesa, Celia tenía en su curriculum haber participado en un álbum de música clásica de 1975 conocido como Ensamble Pieces. Dicho trabajo, creación de los músicos Christopher Hobbs, John Adams y Gavin Bryars, fue el segundo álbum publicado por el sello de Brian Eno Obscure Records. De hecho, Eno ambién hizo voces en el mismo.
Pero ¿Que nexo hay entre Stranglers y una casi desconocido disco de música clásica de mediados de los 70? El mismo no es otra que Celia, quién no slaió indemne del aluvión punk.
Aquí comienza la parte más brumosa. Aparentemente fines de 1976, Celia realizaba una residencia en un restaurante de la zona de Chelsea, Londres. Una de esas noches, se dice que aparecieron por el lugar alguno de los miembros de The Stranglers junto al manager del grupo Dai Davies y que quedaron encantados con la actitud de la cantante. Ella realizaba un set con temas de The Kinks, Velvet Underground y Nico solista, pero interpretados a lo Marlene Dietrich.
En aquellas veladas, Celia estaba acompañada, entre otros, porquien fuera el tecladista fundador de los Kilburn & The High Roads.




Su estilo atildado, típicamente inglés, le pareció a Davies que podía encajar perfectamente en aquel clima efervescente de punk rock en Londres. Todo lo que no encajaba, encajaba. Para ello puso detrás de esta refinada dama un grupo de forajidos que tocaba un furioso punk rock. El grupo que sostenía musicalmente a esta chica, conocido como The Mutations, era un secreto a voces que se trataba de los forajidos machistas (según la crítica) de The Stranglers.
En junio del 77 editan su primer 7" a través de United Artists: "Mony Mony", un viejo éxito de los charts ingleses en los 60, readaptado al punk, en la cara "A" y "Mean to me", en el reverso.
Todos coincidían en el potencialde Celia, pero el segundo single aparecido en octubre ("You better believe me"/ "Round & round"), no tuvo la repercusión esperada, y los Mutations (The Stranglers, bah) se abocaron a otros proyectos más fructíferos.
Así que Celia, la chica de la voz refinada que estuvo al frente de una banda de punk rock desalineada por un breve periodo, se perdió en la nebulosa de las estadísticas del punk rock, pero fue una parte del mismo tan refrescantes como valiosa, mucho más con el correr de los años, a partir de revalorizar las piezas que dejaron grabadas.


Fuentes:
www.punk77.co.uk
www.newwaveandbeyond.wordpress.com

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