jueves, 18 de febrero de 2016

999 (1977) Pt. I

Nuevamente, la escena pub rock aparece como semillero de nuevas bandas punks. Desperdigados los integrantes de varias de las agrupaciones que alimentaron dicho circuito musical under, éstos empezaron a ver que el impulso del punk rock podía ser el que necesitaban para mostrar lo suyo.
Algo de eso ocurrió cuando, entre fines de 1975 y comienzos de 1976, Kilburn & The High Roads empieza a reemplantearse como seguir adelante, lo cual culminó con la salida de su figura emblemática, Ian Dury, en busca de caminos que reflejen mejor sus búsquedas artísticas. Aunque en realidad, esto era una verdad a medias, ya que el principal problema que afrontaba la banda por entonces es que no podían plasmar en sus discos (había podido publicar su primer LP casi dos años antes, tras cuatro de trayectoria), toda aquella energía escénica desplegada en vivo. Y frente al avance de la furia punk, sentían que poco podían hacer.
Pero Keith Lucas, quien se uniera como guitarrista a los Kilburn en 1972, no se quedó de brazos cruzados tras la separación. Y aunque podía sonar a oportunismo, salió a buscar miembros para una nueva banda que se ajustara a los principales requerimientos de los sonidos que inundaban toda Londres por esos días (y noches). Temas cortos, pegadizos, concretos. La simpleza pregonada.
Su primera acción fue una muy habitual en las primeras horas del punk, que consistía en publicar un aviso en la New Musical Express (u otro medio similar) para encontrar otros chicxs con ganas de formar una banda. Además, eso permitía conocer gente con las mismas inquietudes. El mismo rezaba "Se necesita bajista para grupo de punk rock". Se dice que entre quienes acudieron al pedido de Keith Lucas estuvieron Chrissie Hyde (Luego en The Pretenders), Tony James (Luego en Chelsea y Generation X) y John Moss (Luego en London Damned, Culture Club), aunque ninguno quedó. Pero el aviso también fue visto por un muchacho que había estado viviendo en Alemania y que, de regreso en Inglaterra, se había propuesto no tocar en una banda de funk/soul. Así que aquello le venía como anillo al dedo y acudió al llamado. Se llamaba Jon Watson.
El puesto más complejo resultó el de baterista, por el cual pasaron infructuosamente varios candidatos. Hasta que dan con Pablo LeBritain, quien (Además de haber sido compañero de escuela de Joe Strummer) había sido uno de los primeros (sino el primer) bateristas de The Clash, para luego ser reemplazado por Terry Chimes. Hacia finales del 76 se incorpora el guitarrista Guy Days, ex compñaero de Nick en Kilburn & The High Roads. 
Con todas las piezas definidas, empezaron a ensayar en la semana previa a la navidad de 1976 en el sótano de una panadería de Brixton. Nueve días después de la llegada de LeBrittain, ya estaban debutando en el Northampton Cricket Ground. Luego trocaron en el Target Club Readin y tuvieron que pasar dos meses para volver a presentarse en vivo. La razón primordial de esto fue que cayeron en la cuenta de que no podían pasarse todo el día ensayando sin tener un trabajo fijo. Así fue que Nick Cash trabajó de cartero, LeBritain de portero, Guy de empelado administrativo y Jon pintó en una obra en Brixton.
Además de todo ello, y a psar de haber tocado publicamente en dos ocasiones, aún no habían definido un nombre. The Clash, una de las bandas que mejor los había impresionado (Salvando la experiencia breve de Pablo en ella), inspiró denominaciones como The Dials, Fanatics o 48 Hours. 
The Clash, de todas formas, terminaría inspirando la definitiva denominación del grupo: 999, el número de emergencias inglés, que repetía la voz ronca de Strummer en "London's Burning"



Fuente: www.punk77.co.uk

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