Cherie Currie (voz), Joan Jett (Guitarra y voces), Lita Ford (Primera guitarra), Jackie Fox (Bajo) y Sandy West (Batería) eran las chicas que desde 1976 estaban al frente de The Runaways. Ese fun año de gran actividad para a ellas, en el cual lograron hacerse rápidamente de un nombre, primero en el circuito californiano y luego en el resto del país.
Gran parte de esa hiperactividad tenía que ver con el infame Kim Fowley, su manager y un hombre de larga experiencia como músico y productor en la costa oeste estadounidense desde fines de los 60. Pero fue él también el causante de todo tipo de abusos, desde su lugar de dominio como varón y autocosiderado "inventor" del grupo, que generó una asficciante relación de subordinación con las chicas. Aunque algunas con los años minimizaran sus consecuencias.
Entre los compromisos que Fowley hizo asumir a este conjunto de adolescentes, figuraba el contrato con el sello Mercury Records. El mismo estipulaba que The Runaways debía publicar dos disco por año. Es así que en enero de 1977, seis meses después de la salida de su debut, ve la luz Queens of Noise.
La previa a esta etapa ya reflejaba cierto hastío de parte de las chicas hacia la actitud de Fowley sobre su carrera. En busca de un poco de autonomía, deciden que no sea Kim quien lo produzca y tal rol recaerá en el ex productor de los Beach Boys, Earle Mankey, quien les abre las puertas de su estudio en Santa Mónica, California.
El disco a nivle sonoro es una especie de cruce de caminos, fiel reflejo de ese 1977. Sin dejar de lado sus raíces hard rock (herencia del glam rock) y ciertos matices heavy metal, la velocidad punk rock puede advertirse en parte del trabajo.
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