jueves, 28 de julio de 2016

The Sick Things (1977)

En este año en el que cada día aparecen notas y registros fotográficos supuestamente inéditos para conmemorar los llamados “40 años de punk” (De más está decir que para nosotros tal afirmación es, por lo menos, dudosa), nos parece interesante revolver que aquel año, sin duda bisagra para el desarrollo de esta manifestación, los personajes que pululaban y aportaban su cuota de individualidad a este monstruo que mucho trataban de encorsetar como movimiento, eran muchxs y diversxs. El punk inglés, y sobre todo de Londres, no estaba solo construido a partir de los patrones estilísticos impuestos por Malcolm McClaren, Vivianne Westwood, su tienda Sex, Los Sex Pistols o el Bromley Contingent. Había además grupos o simplemente personas que se aventuraban a los diferentes reductos punks del país a experimentar su propio momento de libertad expresiva, eso que el punk, aseguraban, venía a devolver no sólo al rock and roll. En dicho panorama aparece la figura un tanto rezagada, en relación a otras como Soo Catwoman o Jordan, de Charlie Greene.

 Charlie Greene (der.), en el Roxy Ckub

Sin aparatos propagandísticos detrás, Charlie era una autentica autoinvención punk. Su ropa, su maquillaje, sus ideas, sus proyectos. Todo producto de sucesivos ensayos y errores. Manchones sobre manchones, como los que lucían sus camisas llenas de inscripciones hechas con marcador, una nueva cada día.
Para referirnos a su vínculo con el punk rock (fuera del que tenía como asistente a cuanto gig había en la capital inglesa) debemos una vez más movernos de Londres a Cambridge para encontrarnos nuevamente con Lee Wood, dueño de Raw Records. En julio de 1977 publican el segundo disco de la banda Killjoys, en una clara línea de punk rock cásico. Tras ello empezaron a llover demos de ignotos grupos a partir del aviso que el propio Lee publicó en el Music Maker. Entre ellos estuvo el de una muchacha que se hacía llamar Charlie Greene con quien Lee mantuvo una comunicación telefónica de más de media hora, en la que ella trató de convencerlo de que contrate a su grupo para grabar en Raw. Vaya uno a saber que fue lo que decidió a Wood, pero sin haber escuchado siquiera una nota de lo que Greene decía hacer, ella y su grupo eran parte del staff de la novata compañía. El grupo sería denominado The Sick Things (“Las cosas enfermas”).



Pocos días después de la comunicación, Charlie y lo que se supone era el resto de la banda se trasladaron a Cambridge para grabar en los Spaceward Studios una serie de temas. Al día de hoy se desconoce identidad alguna de los otros miembros de Sick Thing, por lo que cabe preguntarse si esta era una verdadera banda o Lee Wood entusiasmado por lo que Charlie le vendió, puso músicos a su disposición para tener esos registros. La letras, todas obra de Charlie Greene deambulaban por un universo que incluía prácticas BDSM, sexo con putas, enfermedades venéreas, o dormir o tener relaciones sexuales con cadáveres.
Probablemente, Lee no recuerda bien, ellos hayan grabado otra sesión y entre amabas se hayan presentado en vivo en algún club de Cambridge. Lo cierto es que poco tiempo después se cumplía el inequívoco destino de cualquier banda bien preciada de ese periodo. La inevitable disolución. No future for you.
Lee Wood, trasladó luego las oficinas de Raw Records de Cambdrige a Londres, probablemente para estar cerca de Charlie, quien fue su secretaria (funciones machistas difíciles de erradicar aún en el temprano punk rock). Ella seguiría un camino dentro de la música por diferentes proyectos, alejándose de su antiguo trabajo en una compañía prensadora de discos de vinilo, los cuales repasaremos a su debido momento.


Fuente:
www.punk77.co.uk

No hay comentarios:

Publicar un comentario