jueves, 18 de agosto de 2016

Sex Pistols (1977) Pt. IV


El viernes 28 de octubre Virgin Records lanza el long-play Never Mind The Bollocks. Es el álbum más esperado desde los  años de gloria de los Beatles. Unas 15.000 copias ya estaban vendidas antes de salir. Incluso para esa época ya circulaba  una versión pirata sin cortes en los temas y con un mayor número de malas palabras. The Sun titula: 'Sex Pistols en otra  tormenta por una palabra de cuatro letras.' La compañía EMI, por su parte, considera un delito el uso de la palabra EMI  como título de un tema en que la burlan. Es una marca rgistrada igual que el perrito frente a la bocina. A cambio de  detener una acción legal, piden por escrito a Virgin los derechos para poder grabar el tema con otros cantantes en el  exterior (!). The Belgium Trade Service (Oficina nacional de turismo belga) inicia un juicio por recortes de fotos y  frases de su prospecto. 'Vacaciones 77' usadas en un collage publicitario del disco. El 4 de novimebre, las frases de  promoción del disco son prohibidas por radio. 'Never Mind television, Never Mind the news' viene repitiendo cada quince  minutos Radio Capital. Virgin tiene planeada además una campaña de 40.000 libras para la Telvisión Independiente; es  rechazada. Mr. John Jackson, de ITV, dice: 'No estamos en contra de la forma de los anuncios. Objetamos el producto. Esta  prhibición no es definitiva. Reconsideraremos los méritos de los próximos discos de Sex Pistols'.
El paso siguiente de esta típica comedia de absurdo punk le corresponde a la policía. Motivo: una palabra de ocho letras.  El 5 de noviembre, una agente camina por King St., en Nottingham, cuando se siente ofendida por un cartel expuesto en la  vidriera de una tienda de discos de Virgin Records. Más precisamente por la última palabra de Never Mind The Bollocks. 
Impulsada por lo que ella considera una obsenidad, entra a la tienda e informa al empleado, Chris Seale, que retire el  exhibidor. 'Infringe una ofensa del Acta de Avisos Decentes', puntualiza. (Se trata de edictos aprobados hace ochenta y  ocho años, durante el reinado de Victoria) Chris lo retira, pero a la hora vuelve a colocarlo. Irritada porque cada vez  que se da la vuelta ve esa palabra en letras de 20 cm de alto, la agente llama por radio a la estación de policía. Quince 
días después Chris es requerido para presentar testimonio ante la Corte Legal. La prensa nacional musical y underground,  viejas damas, estudiantes y una legión de fans punks, invaden la sala.
Al mismo tiempo que los magistrados (edad promedio entre cincuenta y setenta años) toman posiciones, entran Sex Pistols y  se sientana  unos ocho metros de ellos. Johnny Rotten es recibido con una salva de aplausos (...) Ni él ni ninguno de sus  compañeros fueron requeridos, Su presencia es n apoyo moral.
La Corte observa minuciosamente la palabra en cuestión sobre el exhibidor. Letras rojas sobre fondo amarillo, muy fáciles  de leer. Richard Bronson, director de Virgin Records también es acusado por despachar material de publicidad obseno -120  exhibidores como ése- y contrata al abogado John Mortimer. Para defender lo que el llama 'fuertes e históricas palabras  anglosajonas', éste invita a su vez al eminente profesor James Kingsley, ex cura y titular del Departamento de Idiomas de  la Universidad de Nottingham. El profesor, ignorando los frecuentes gritos de '¡Objeción!'del juez, explica a los  magistrados que la palabra se encuentra en la Biblia y ha sido usada en varias formas por mas de mil años. Refiere a  diversas acepciones en otras lenguas y causa un gran alboroto en la sala cuando revela que durante el reinado de Enrique 
VIII, los clérigos eran denominados con tal término. Ese significado se diluye luego en diferentes expresiones, sin  demasiado sentido concreto. Cita frases de Steinback, Dylan Tomas y George Orwell. 'Actualmente -concluye- la palabra  pertenece al contexto coloquial. Está en el diccionario Oxford'. '¡Objeción!' -grita más fuerte el juez-. ¿También el diccionario Oxford contiene palabras como fuck y shit?', pregunta.  Responde Mortimer: 'Si no aparece, deberían (...) son términos crudos , pero motivan un juicio sólo porque lo usa un  grupo de música altamente popular.' (Aplausos.)
Tras escuchar a la defensa, los magistrados se retiran a deliberar. Veinte minutos después vuelven con el veredicto. Uno  de ellos, dice: 'Mis colegas y yo deploramos la explotación vulgar de bajos institnos de la naturaleza humana por parte  del señor Seale y su compañía, pero no los consideramos culpable'. Triunfante, Chris va en busca del manoseado exhibidor 
para colocarlo de nuevo en la tienda. Hay un apretón de manos entre miembros de la corte y del conjunto Sex Pistols. Los  reporteros de la televisión corren detrás de Johnny Rotten (vestido como un moderno cazador piamontés) y le colocan el  micrófono delante de la cara: '¿Qué piensas del fallo?' 'The bollocks are legal', responde.
Las páginas de Evening Standard y The Guardian reproducen una foto del cartel, cuentan la historia del disco y sus  avatares y usan como título la respuesta de Rotten ¿Hay también que arrestar a los quiosqueros que exhiben esos diarios? 
Dice Malcolm McClaren: 'Si el Pato Donald hubiese dicho Bollocks!, el disco no hubiera obtenido tanta publicidad gratis'.
Punk, la muerte jóven, Juan Carlos Kreimer


"Los Sex Pistols y sus seguidores estaban jugando con un arma cargada por McClaren  y Westwood. Las drogas fragmentaron aún más la ya frágil identidad de los adolescentes.  Si una persona encarnaba estos cambios aún más que John Lydon, éste era John Beverly, ahora asentado en su rol de Sid Vicious, el seguidor número uno de los Sex Pistols. 'Sid era un buen chico que estaba haciendo demasiado, muy rápido', dijo Nils. 'Solíamos ir al negocio y Vivianne lo usaba para probar los pantalones que hacía', cuenta Viv Albertine. 'Era casi como un juguete'."
English Dreaming, Jon Savage

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