El viernes 28
de octubre Virgin Records lanza el long-play Never Mind The Bollocks. Es el
álbum más esperado desde losaños de
gloria de los Beatles. Unas 15.000 copias ya estaban vendidas antes de salir.
Incluso para esa época ya circulabauna
versión pirata sin cortes en los temas y con un mayor número de malas palabras.
The Sun titula: 'Sex Pistols en otratormenta
por una palabra de cuatro letras.' La compañía EMI, por su parte, considera un
delito el uso de la palabra EMIcomo
título de un tema en que la burlan. Es una marca rgistrada igual que el perrito
frente a la bocina. A cambio dedetener
una acción legal, piden por escrito a Virgin los derechos para poder grabar el
tema con otros cantantes en elexterior
(!). The Belgium Trade Service (Oficina nacional de turismo belga) inicia un
juicio por recortes de fotos yfrases de
su prospecto. 'Vacaciones 77' usadas en un collage publicitario del disco. El 4
de novimebre, las frases depromoción
del disco son prohibidas por radio. 'Never Mind television, Never Mind the news' viene repitiendo cada
quinceminutos Radio Capital. Virgin
tiene planeada además una campaña de 40.000 libras para la Telvisión
Independiente; esrechazada. Mr. John
Jackson, de ITV, dice: 'No estamos en contra de la forma de los anuncios.
Objetamos el producto. Estaprhibición
no es definitiva. Reconsideraremos los méritos de los próximos discos de Sex
Pistols'.
El paso
siguiente de esta típica comedia de absurdo punk le corresponde a la policía.
Motivo: una palabra de ocho letras.El 5
de noviembre, una agente camina por King St., en Nottingham, cuando se siente
ofendida por un cartel expuesto en lavidriera
de una tienda de discos de Virgin Records. Más precisamente por la última
palabra de Never Mind The Bollocks.
Impulsada por
lo que ella considera una obsenidad, entra a la tienda e informa al empleado,
Chris Seale, que retire elexhibidor.
'Infringe una ofensa del Acta de Avisos Decentes', puntualiza. (Se trata de
edictos aprobados hace ochenta yocho
años, durante el reinado de Victoria) Chris lo retira, pero a la hora vuelve a
colocarlo. Irritada porque cada vezque
se da la vuelta ve esa palabra en letras de 20 cm de alto, la agente llama por
radio a la estación de policía. Quince
días después
Chris es requerido para presentar testimonio ante la Corte Legal. La prensa
nacional musical y underground,viejas
damas, estudiantes y una legión de fans punks, invaden la sala.
Al mismo
tiempo que los magistrados (edad promedio entre cincuenta y setenta años) toman
posiciones, entran Sex Pistols yse
sientanaunos ocho metros de ellos.
Johnny Rotten es recibido con una salva de aplausos (...) Ni él ni ninguno de
suscompañeros fueron requeridos, Su
presencia es n apoyo moral.
La Corte
observa minuciosamente la palabra en cuestión sobre el exhibidor. Letras rojas
sobre fondo amarillo, muy fácilesde
leer. Richard Bronson, director de Virgin Records también es acusado por
despachar material de publicidad obseno -120exhibidores como ése- y contrata al abogado John Mortimer. Para defender
lo que el llama 'fuertes e históricas palabrasanglosajonas', éste invita a su vez al eminente profesor James Kingsley,
ex cura y titular del Departamento de Idiomas dela Universidad de Nottingham. El profesor,
ignorando los frecuentes gritos de '¡Objeción!'del juez, explica a losmagistrados que la palabra se encuentra en la
Biblia y ha sido usada en varias formas por mas de mil años. Refiere adiversas acepciones en otras lenguas y causa
un gran alboroto en la sala cuando revela que durante el reinado de
Enrique
VIII, los
clérigos eran denominados con tal término. Ese significado se diluye luego en
diferentes expresiones, sindemasiado
sentido concreto. Cita frases de Steinback, Dylan Tomas y George Orwell.
'Actualmente -concluye- la palabrapertenece
al contexto coloquial. Está en el diccionario Oxford'. '¡Objeción!' -grita más
fuerte el juez-. ¿También el diccionario Oxford contiene palabras como fuck y
shit?', pregunta.Responde Mortimer: 'Si
no aparece, deberían (...) son términos crudos , pero motivan un juicio sólo
porque lo usa ungrupo de música
altamente popular.' (Aplausos.)
Tras escuchar
a la defensa, los magistrados se retiran a deliberar. Veinte minutos después
vuelven con el veredicto. Unode ellos,
dice: 'Mis colegas y yo deploramos la explotación vulgar de bajos institnos de
la naturaleza humana por partedel señor
Seale y su compañía, pero no los consideramos culpable'. Triunfante, Chris va
en busca del manoseado exhibidor
para colocarlo
de nuevo en la tienda. Hay un apretón de manos entre miembros de la corte y del
conjunto Sex Pistols. Losreporteros de
la televisión corren detrás de Johnny Rotten (vestido como un moderno cazador
piamontés) y le colocan elmicrófono
delante de la cara: '¿Qué piensas del fallo?' 'The bollocks are legal',
responde.
Las páginas de
Evening Standard y The Guardian reproducen una foto del cartel, cuentan la
historia del disco y susavatares y usan
como título la respuesta de Rotten ¿Hay también que arrestar a los quiosqueros
que exhiben esos diarios?
Dice Malcolm
McClaren: 'Si el Pato Donald hubiese dicho Bollocks!, el disco no hubiera
obtenido tanta publicidad gratis'.
Punk, la muerte jóven, Juan Carlos Kreimer
"Los Sex
Pistols y sus seguidores estaban jugando con un arma cargada por McClareny Westwood. Las drogas fragmentaron aún más
la ya frágil identidad de los adolescentes.Si una persona encarnaba estos cambios aún más que John Lydon, éste era John
Beverly, ahora asentado en su rol de Sid Vicious, el seguidor número uno de los
Sex Pistols. 'Sid era un buen chico que estaba haciendo demasiado, muy rápido',
dijo Nils. 'Solíamos ir al negocio y Vivianne lo usaba para probar los pantalones
que hacía', cuenta Viv Albertine. 'Era casi como un juguete'."
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