jueves, 15 de junio de 2017

Wire (Watford, Hertfordshire, Inglaterra, 1977) Pt. 3

"Las letras (de Wire), generalmente a cargo de Graham Lewis, eran igual de intelectuales. La de ‘106 Beat Than’, por ejemplo, nació como un intento fallido de escribir un texto con sólo cien sílabas. ‘Al final resultó tener ciento seis, pero no importa, porque así pudimos crear todo un proceso nuevo’. Lewis y Bruce Gilbert solían emprender juegos absurdistas que combinaban el sentido con el sinsentido y la narrativa con la fragmentación. Dado que para ellos expresarse o defender opiniones no tenía nada que ver con la composición musical, la elección de palabras se volvía casi arbitraria. El léxico era solo la materia bruta de sus experimentos verbales. Una vez, por ejemplo, Newman escribió una letras sobre un domador de leones, y Lewis, no muy satisfecho con el resultado, simplemente fue reemplazando todas las partes que no le gustaban. De ahí el título de la canción, ‘Ex Lion Tamer’ (Ex domador de leones). Despedazar las secuencias narrativas era una de las estrategias favoritas de Lewis. Y lo cierto es que las percepciones caleidoscópicas de los temas de Wire muchas veces lograban representar la manera fragmentaria en la que vivenciamos la realidad con mayor fidelidad que las narraciones convencionales.
Nota sobre Wire, aparecida en el Sounds del 12 de noviembre de 1977
Lewis mencionó que la misión de Wire era encontrar lo que él denominaba ‘el factor X’, ‘una suerte de miedo (…), algo que uno no llega a comprender’. La idea tiene mucho en común con la creencia sostenida por Brian Eno de que la función biológica del arte es exponer al público a la desorientación. ‘Lo que hace el arte es entrenarte para enfrentar la incertidumbre’, argumentaba Eno. La mayoría de los críticos, sin embargo, comparaba las letras enigmáticas de Wire y su lógica onírica con los discos que Pink Floyd había editado con Syd Barrett. El vinculo era evidente: Wire había firmado contrato con Harvest, la división de EMI orientada a la música psicodélica y progresiva, cuyo fudador, Nick Mobbs, haía incluido a Pink Floyd en su catálogo años antes. . ‘EMI pensó que Wire iba a formar parte de un resurgimiento de la psicodelia, que íbamos a ser el nuevo Pink Floyd’, explicó Newman. ‘Para el sello éramos lo más progresivo que había generado el punk, con un objetivo a largo plazo, un enfoque mucho más artístico, canciones más lentas y profundas, y un sonido más espacioso y diverso, menos repetitivo.’
Wire empezó a colmar esas expectativas cuando editó su segundo álbum, Chairs Missing."


Fuente:
Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo, de Simon Reynolds.

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