sábado, 7 de mayo de 2016

Mars (1977)

En 1975, New York no solo gestaba desde el CBGB el reciclaje del glam rock y el garage de los años precedentes. Como venimos viendo, también aparecían inconexos destellos de extraordinarios sonidos. Inconexos entre las mismas bandas y en relación a la escena en gestación que pronto quedaría resumida en la palabra “punk” o “new wave”. Y extraordinaria no tanto como elogio, sino porque precisamente se apartaba de cualquier patrón ordinario de lo que podía entenderse por entonces como rock o pop.
En ese año, en la misma zona donde los Ramones empezaban a forjarse un nombre, el barrio de Queens, un joven llamado Sumner Crane se decide a formar una banda. El lugar en donde germinaría la idea fue un taller de danza dirigido por la coreógrafa minimalista Lucinda Childs. En ella se habían conocido dos chicas: Nancy Arlen y Connie Burg. Connie, oriuda de Ohio, se había instalado en New York un año antes junto a otros dos ex compañeros de la Universidad de Florida: Mark Cunningham, de New Jersey y Arto Lindsay, (quien tiempo después estaría al frente de la banda No Wave DNA). Connie, Nancy, Mark y Sumner coincidieron allí para hablar de música. Y nació un grupo al que originalmente llamarían China. Los sonidos, en un principio, estaban en sintonía con influencias como las de Velvet Underground o The Modern Lovers. Pero como comenzaba a ocurrir por entonces, no saber tocar instrumentos con la supuesta pericia necesearia, no implicaba para las nuevas generaciones de artistas sonoros un obstáculo. Al contrario, harían de ello su principal herramienta expresiva. Creando climas únicos e irrepetibles en cada presentación. Aunque China se mantuvo durante todo el año 76, se trató más que nada de la prueba piloto para construir la identidad del siguiente grupo: Mars.
A fuerza de improvisadas performance, tambores persistentes y voces perturbadoras, la nueva agrupación debutó en enero de 1977 en el CBGB’s.  No llegaron a durar dos años y en ese periodo no alcazaron las 30 presentaciones en vivo. De todas maneras fue suficiente tiempo como para apuntalar la ya mencionada subescena de la No Wave, que tuvo su presentación con un compilado producido por Brian Eno.
En ese sentido, la propuesta en su mayor parte incomprendida (Cabría preguntarse si ser “comprendidos” era una búsqueda de ellxs) por parte de la prensa musical de la ciudad, que los tildaba a veces de artys pretencisosos, se paseó durante 1977 por gran parte de los reductos de Manhattan. De ese periodo han quedado algunos registros, que preceden a aquellas grabaciones formales hechas en el 78, su último año de actividad.


Fuente: www.noisey.vice.com

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