jueves, 9 de julio de 2015

The Stooges (1970)

Definir una frase hecha puede llevarnos a emplear muchas de ellas, pero entrando en el juego ¿Que sería? ¿Una sentencia sin demasiados argumentos que la justifiquen? En ese sentido, "Segundas partes nunca fueron buenas", puede ser un buen ejemplo de ello. Si como "segunda parte" considerarnos al trabajo que continía al debut discográfico de una banda, Fun House nos pone en aprietos. Más allá de las opiniones subjetivas sobre su legado -innegable-, lo pensamos a partir de la idea de que en realidad no se trata de una secuela, sino de un álbum absolutamente iniciador de una parte de la historia del rock and roll. El de los años 70. Esa década que Jello Biafra dijo que apestaba. Y en ello puede haber tanto de despectivo como de elogio.
Apenas un año distanciaba a The Stooges de Fun House. Y ambos nos hacían de guías en un cambio de época de la música pop. Pero el que muy pocxs percibieron. Cuando la mayoría se babeaba con las orquestas sinfónicas del rock, los discos conceptuales y la pomposidad escénica casi de ópera que traía el rock progresivo, Desde Detroit la guitarra de Ron Asheton -último disco en el que participa en ese isntrumento- y la galopante demencia de Iggy Pop se llevan todo puesto. Cuesta mucho más encontrar restos de R&B, o rock and roll clásico. Los días de Iggy pérdido entre los bluseros negros de Chicago antes de formar los Psychedelic Stooges, parecían reapercer en este trabajo, en forma de un ácido y asesino heavy jazz punk. Es como si desde los intoxicados sótanos jazzeros se pudiera llegar  directamente por un pasadizo a los garages de la costa oeste estadounidense.
Hay saxos que asaltan el sonido eléctrico de la guitarra y denso de las bases intercalados con auténticos coqueteos noise en tiempos de krautrock. Sólo faltaron sintetizadores y el combo estaba completo.
Así como el primer disco estuvo producido por una figura contemporáneamente respetada como John Cale -ya afuera de Velvet Underground-, para su sucesor tal labor recayó en el ex tecladista de los Kigsmen, Don Gallucci. Aunque no todxs se dieron cuenta en el momento, que aburrido hubiesen sido los 70 y los años siguientes sin un Fun House que nos abra la puerta de la década. 
Cuando se dice que el sonido de The Stooges engendró parte de las características del futuro punk rock, basta con ver que pensaban de ellos otros pioneros como The Ramones:
Tommy Ramone: Había visto a los Ramones en Pavillion, de Queens y me habían impresionado mucho. The Stooges eran básicamente una version avant-garde y dadá de los Rolling Stones.
Johnny Ramone: Vi a Stooges y a MC5 varias veces. Recuerdo un concierto de Halloween en Staten Island. Los five hicieron de teloneros, salieron los Stooges y alguien lanzó un huevo a Iggy. Dejó de cantar y se fue. No habían tocado ni cuatro canciones. Me sorprendió mucho, porque no pensé que un huevo le molestara tanto, sabiendo que habitualmente se revolcaba en mierda. Tocaron “Loose”, “TV Eye” y dos temas mas de Fun House. En Nueva York, los MC5 no eran tan cool, el suyo era la onda greaser. Pero con los Stooges… eso era enfermizo.

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