En 1956, los padres de Lou Reed lo sometieron a reitradas terapias de
electroshock. Por aquellos años, estas prácticas eran habituales en la
sociedad estadounidense, ya que se creía que mediante las mismas se
evitaba que el paciente manifieste cualquier tipo de conducta homosexual. En definitiva, se
planteaba a ésta como una enfermedad que debía ser "curada". Sobre
aquellas experiencias, Lou Reed relata en el libro Please Kill Me: The Uncensored Oral History of Punk, de Legs McNeil y Gillian McCain:
"Ellos me ponían una cosa en la garganta para que no tragara mi
lengua, además de algunos electrodos en la cabeza. Eso es lo que se
recomendaba en el condado de Rockland para desalentar sentimientos
homosexuales. Los efectos que producían aquellas sesiones podían ser
desde la pérdida de la memoria hasta que te conviertas en un vegetal.
No podías leer un libro, porque llegabas a la página 17 y tenías que
volver a la anterior una y otra vez."
También de aquella terapia surgió una canción incluida en el disco Sally Can't dance. Y se llamaba "Kill your sons".
También de aquella terapia surgió una canción incluida en el disco Sally Can't dance. Y se llamaba "Kill your sons".
Fuente: Please Kill Me: The Uncensored Oral History of Punk, de Legs McNeil y Gillian McCain
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